Más efectos de la guerra declarada por Rusia sobre Ucrania. El gasoducto Nord Stream 2 podría morir en las próximas semanas. Según adelanta Reuters la empresa que construyó el gasoducto que une Rusia con Alemania podría declararse en quiebra en los próximos días. 

Se trata de una filial del gigante ruso Gazprom y completó el pasado año el proyecto que costó 9.500 millones de euros para construir una vía gemela al Nord Stream. El objetivo era que se duplicaran las exportaciones directas de Rusia a Alemania. 

Reuters asegura que la empresa Nord Stream 2 AG está trabajando con un asesor financiero para liquidar pasivos e iniciar un procedimiento de insolvencia en Suiza esta misma semana. Además, esas mismas fuentes aseguran que ya está rescindiendo contratos de sus trabajadores. 

Rescisión de contratos

"Tras los recientes acontecimientos geopolíticos que llevaron a la imposición de sanciones estadounidenses a Nord Stream 2 AG, la empresa tuvo que rescindir los contratos con los empleados. Lamentamos mucho este desarrollo", asegura en un comunicado. 

La decisión llega después de que la pasada semana el Gobierno de EEUU sancionara a Nord Stream 2 AG. Lo hizo en el marco de una ronda de sanciones internacionales contra empresas rusas tras el reconocimiento por parte de Moscú de la independencia de las regiones separatistas del Donbás. 

El oleoducto de 1.230 km no había iniciado operaciones comerciales porque estaba pendiente de certificación en Alemania, que la semana pasada suspendió este proceso como resultado de la escalada de la crisis de Ucrania.

Alemania, que obtiene la mitad de su gas de Rusia, había respaldado a Nord Stream 2 para diversificar el suministro de energía para Europa, pero el proyecto enfrentó oposición dentro de la Unión Europea y de los Estados Unidos por aumentar la dependencia del gas de la región en Rusia y permitir que Moscú reduzca los volúmenes. a través de Ucrania, por lo que tiene que pagar una tasa de tránsito.

Desde la invasión rusa de Ucrania la semana pasada, varias grandes empresas, incluidas las grandes petroleras, dijeron que abandonarían sus operaciones rusas, incluida Shell, que dijo que ya no participará en Nord Stream 2, entre otras inversiones.

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