Bruselas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se va de Bruselas con las manos vacías. No habrá nuevas medidas a escala de la Unión Europea para frenar la escalada imparable de la factura de la luz. Tras un Consejo Europeo maratoniano de 15 horas, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete han fracasado en su intento de acordar una respuesta conjunta a la crisis energética debido a las fuertes discrepancias entre los Estados miembros.

Al final, Polonia y República Checa han tumbado la declaración de mínimos que habían consensuado el resto de socios por considerar que no reflejaba sus pretensiones: una reforma radical del mercado europeo de CO2 que pondría en peligro la transición verde. El único acuerdo es volver a debatir la subida de los precios de la electricidad en la próxima cumbre de marzo de 2022.

"Básicamente, los polacos y los checos han secuestrado el tema que España había pedido incluir en la agenda sólo para decir: si no me das lo que quiero, me pego un tiro!", ha explicado gráficamente un diplomático europeo. Polonia exigía además una mención en las conclusiones de la cumbre a la nuclear y al gas como energías limpias, algo que han rechazado otros países como Alemania, Austria o Luxemburgo, que no están de acuerdo con esta clasificación.

A su llegada al Consejo Europeo, Sánchez había reclamado a la UE medidas "más intensas y rápidas" para poner freno a la escalada de la luz. El presidente del Gobierno ve "insuficiente" la compra conjunta de gas que acaba de proponer la Comisión de Ursula von der Leyen y pide una reforma del mercado eléctrico europeo. "Necesitamos revisar la forma en la que se estructura la formación de los precios de la energía a nivel europeo", alegaba. Una reforma a la que se oponen Alemania, Holanda, Austria, los nórdicos y los bálticos.

Tras largas horas de debates, Sánchez sólo había conseguido arrancar de sus socios el compromiso de realizar un nuevo análisis del funcionamiento del mercado eléctrico, pero sin ninguna medida nueva. Se trata de rebatir los estudios preliminares de la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) y de la Autoridad Europa de Valores y Mercados (ESMA), que han resultado negativos para los intereses de España. Su conclusión era que las reformas que pide Madrid pondrían en riesgo la seguridad de suministro.

“El Consejo Europeo invita a la Comisión a profundizar el examen de los fuertes picos de precios y a analizar el funcionamiento de los mercados de la electricidad, asegurando que el diseño del mercado esté preparado para el futuro de la transición verde y las interconexiones, así como la vigilancia del mercado de CO2, también en lo que respecta a la posible especulación por parte de intermediarios financieros, y tomar las iniciativas necesarias", rezaba el último y enrevesado borrador de conclusiones.

Postura inaceptable de Polonia

El veto de Polonia y República Checa ha impedido incluso que este texto de mínimos se apruebe porque el Consejo Europeo funciona por unanimidad.

"Ha habido temas que se han cruzado en el debate y que tienen que ver con un cuestionamiento total, absoluto, del mercado de derechos de emisión por parte de algunos países. Eso es de todo punto inaceptable, porque no estamos hablando de poner poner patas arriba todo el sistema de transición ecológica y de lucha contra el cambio climático", ha dicho Sánchez en relación a la postura de Varsovia y Praga.

Pese a este nuevo fracaso en Bruselas, el presidente del Gobierno asegura que no se da por vencido y que volverá a la carga en su petición de medidas a escala europea para abaratar el precio de la luz. "Nosotros lamentamos el que no haya llegado el Consejo a un acuerdo en este tema, pero también es cierto que estamos abriendo camino", ha señalado.

"Desde luego, el Gobierno de España va a seguir levantando la bandera de que también a nivel europeo tenemos que dar una respuesta, porque evidente el alza de los precios del mercado mayorista está afectando a todos y cada uno de los países de la UE. Hoy mismo hemos tenido récords de precios, por encima de los 300 euros el megavatio hora, en la práctica totalidad de los Estados de la Unión", apunta Sánchez.

El presidente del Gobierno ha resaltado además que los países que apoyan las propuestas de España (Francia, Italia, Rumanía y Grecia) suman más del 45% de la población de la UE. En contraste, Alemania, Holanda, Austria, los nórdicos y los bálticos apenas alcanzan el 28,9%. Estos países sostienen que el alza de precios de la electricidad es transitoria y por eso rechazan una intervención a nivel de la UE y piden concentrarse en medidas nacionales.

A la espera de que la UE reaccione, el presidente del Gobierno asegura que cumplirá su compromiso de que la factura media de 2020 para los hogares españoles sea igual a la de 2018, descontando el precio de la inflación. Ello será así, sostiene Sánchez, gracias a las rebajas de impuestos y de costes fijos aprobada a nivel nacional por el Consejo de ministros.

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