Los casos en rápido aumento de la variante Delta del coronavirus han llevado a los participantes de los mercados financieros a reducir los riesgos, lo que ha provocado una liquidación en los mercados de productos básicos, según el análisis de Carsten Menke, director de investigación de próxima generación del banco suizo Julius Baer.

Estos movimientos bruscos y de base amplia generalmente apuntan a la venta por parte de operadores especulativos a corto plazo, lo que indica una mella en el sentimiento.

Para las materias primas en general, vemos esto como una alineación con los fundamentales.

Si bien los mercados financieros hasta ahora se han mostrado muy relajados sobre la variante Delta del coronavirus, ya ha cambiado. El rápido aumento de casos en Europa y en los Estados Unidos ha llevado a reducir los riesgos de las carteras, ejerciendo presión sobre las acciones y extendiéndose a las materias primas.

El petróleo fue el mayor perdedor con precios que bajaron alrededor del 6,5%, seguido de los metales industriales, que perdieron entre 1% y 3%, y la agricultura, que cayó alrededor del 1,5%.

Oro, valor seguro

Mientras tanto, el oro apuntalaba su condición de refugio seguro, ya que los precios se mantenían estables.

Estos movimientos bruscos y de base amplia suelen apuntar a la venta por parte de traders especulativos a corto plazo, así como también de seguidores de tendencias.

Señala una mella en el sentimiento, que desde nuestro punto de vista para las materias primas en general se había vuelto demasiado optimista, lo que nos llevó a rebajar nuestra opinión a 'Cauteloso' a principios de junio.

De cara al futuro, es poco probable que la variante Delta ponga en peligro la recuperación en curso del crecimiento global, aunque podría causar contratiempos regionales, en nuestra opinión.

Podría ralentizar algo la dinámica de la demanda de materias primas aquí y allá, pero es poco probable que provoque una mella considerable en los niveles de demanda. Para las materias primas en general, vemos esta venta masiva impulsada por el sentimiento más como una alineación con los fundamentos y no como una oportunidad de compra.

Este es particularmente el caso de los metales industriales, ya que los precios se han estado adelantando a los fundamentales durante bastante tiempo en medio de expectativas excesivas en torno al impacto de la descarbonización.

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