El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha presentado el proyecto Calípolis Next Generation, un plan para la recuperación económica de la provincia de Tarragona. Junto con el Puerto de Tarragona, el Ayuntamiento de Vila-seca, quieren convertir un extenso espacio entre la Pineda y el Puerto en un nuevo motor económico de tipo industrial, logístico intermodal, turístico y paisajístico.

En un ejemplo de colaboración público-privada, Calípolis representa un conjunto de 11 proyectos innovadores por un valor total de 259,5 millones de euros. En este marco, las dos iniciativas de Repsol ascienden a 41 millones de euros.

El proyecto Calípolis incluye la urbanización de una nueva Zona de Actividades Logísticas (ZAL) y la recuperación de un espacio protegido incluido en la Red Natura 2000, situado entre la playa de la Pineda y el Puerto de Tarragona.

El plan prevé también la recuperación de la vida marina con la instalación de un arrecife de biotopos. El nuevo contradique dels Prats cerrará las aguas del puerto comercial de Tarragona y protegerá el entorno natural de la Costa Dorada. Además, este contradique, de uso peatonal, integrará infraestructuras turísticas para usos sociales y lúdicos.

Proyecto Calípolis de Repsol en Tarragona

Instalaciones portuarias

La ampliación de las instalaciones portuarias de Repsol permitirá el atraque de grandes buques en su pantalán y la mejora de la flexibilidad en el aprovisionamiento de las materias primas con la construcción de dos depósitos soterrados. Estas actuaciones supondrán una mejora de la logística de Repsol en el Puerto de Tarragona, garantizando su eficiencia y competitividad, y permitirán eliminar la actual monoboya, situada en mar abierto.

Durante el acto, Antonio Brufau ha avanzado cuáles son los ejes que está impulsando Repsol para transformar sus activos industriales y convertir centros como el Complejo Industrial de Tarragona en polos multienergéticos.

Para abordar este proceso, Repsol se apoyará en cuatro grandes pilares: la eficiencia energética, la economía circular, el hidrógeno renovable y la captura y uso de CO2. El objetivo es avanzar hacia una descarbonización de la economía propiciando a la vez un nuevo impulso industrial basado en la digitalización y la tecnología.

Economía circular

Para ello Repsol contempla para su Complejo Industrial de Tarragona proyectos centrados principalmente en la economía circular y que suman una inversión de más de 1.400 millones de euros en los próximos cinco años.

El Complejo, que ya ha iniciado su transformación para convertirse en un polo multienergético, con iniciativas como la producción de un primer lote de biojet y la primera planta de la Península Ibérica para la fabricación de polímeros de alta resistencia al impacto. 

Sin embargo, también prevé la construcción de una planta de producción de biocombustibles avanzados, una instalación para producir plásticos a partir del reciclado de materiales post consumo y la implementación de tecnologías para mejorar la eficiencia en el consumo de materias primas y de energía en sus procesos productivos.

Cataluña Next Generation

Estas iniciativas propias y otras que Repsol está promoviendo en la actualidad con socios se han incluido en el programa Cataluña Next Generation, que impulsa la Generalitat de Cataluña. Junto con Calípolis, servirán de efecto tractor para otras empresas y serán, por tanto, un gran soporte para la economía de la zona en los próximos años.

Con ellas, Repsol está dispuesta a liderar la transformación del Polo Petroquímico de Tarragona para que siga siendo líder en el sur de Europa. Para garantizar este impulso también es necesario el apoyo de las instituciones y un entorno regulatorio que permita y habilite esta apuesta inversora, orientada a la economía circular y de un marcado carácter tecnológico y digital.

En los últimos cinco años, Repsol ha invertido en su Complejo Industrial de Tarragona 558 millones de euros, y actualmente representa algo más del 2% del PIB de Cataluña. Cuenta con más de 7.500 empleos, entre directos, indirectos e inducidos, y representa alrededor del 40% de los tráficos del puerto tarraconense.

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