Iberdrola refuerza una vez más su apuesta por las renovables. La energética ha conseguido el 36% de la potencia total subastada en Fuerteventura en el primer proceso de licitación de capacidad fotovoltaica dotada con fondos FEDER (SolCan).

La compañía promoverá los proyectos Huriamen I y Huriamen III, de 6 y 15 megavatios (MW), respectivamente. Además, otros 15,5 MW de las plantas fotovoltaicas Llanos Pelaos I, II, III y Blanca Solar, promovidas juntamente con Ingeniería y Aplicaciones Solares (Lasol) y Energy Projects & Investment Capital (Energy Capital).

Las plantas se encuentran en tramitación administrativa y su puesta en marcha está prevista para 2022 a más tardar, según ha informado la compañía en un comunicado.

Descarbonización en Canarias

El desarrollo de estas plantas contribuirá al proceso de descarbonización que impulsa Canarias, ha señalado Iberdrola. Especialmente, en Fuerteventura, una zona que forma parte de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera y del Plan de Acción de la Unesco, que contempla potenciar las energías renovables y combatir el cambio climático.

Por su parte, los resultados de la subasta alinean el compromiso de Iberdrola con la Estrategia Energética de Canarias (EECan25), que plantea alcanzar un 45% de penetración de energías renovables en el mix energético de las islas. Hasta la fecha, sigue las fuentes energéticas de origen fósil siguen teniendo una presencia muy significativa.

En Canarias, Iberdrola opera desde 2019 el parque eólico de Chimiche en Tenerife. Con una potencia de 18,3 megavatios (MW) y una inversión de más de 25 millones de euros, el proyecto generó durante su construcción más de 200 empleos y abastece ya de energía limpia a una población equivalente de 15.000 hogares, evitando la emisión de 33.000 toneladas de CO2 de 18 MW al año.

Iberdrola está convencida que la transición energética puede actuar como agente tractor clave en la transformación del tejido industrial y en la recuperación verde de la economía y el empleo.

Para ello, la compañía ha lanzado un plan de inversión histórico de 150.000 millones de euros en la próxima década, de los que 75.000 millones de euros para los próximos cinco años. Un montante con el que prevé triplicar la capacidad renovable y duplicar los activos de redes y aprovechar las oportunidades de la revolución energética que afrontan las principales economías del mundo.

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