No se esperaba que fuera fácil. Y no lo está siendo. La cohabitación de la alemana Siemens y la eléctrica española Iberdrola en el capital de Siemens Gamesa dista de ser sencilla desde que la división eólica de la germana cerró su fusión con la empresa renovable vasca en 2017. Las diferencias de enfoques y planteamientos de ambos accionistas han sido constantes, siempre con la impresión de que, más pronto que tarde, la cuerda se acabaría rompiendo. Y este es el desenlace que cobra cuerpo en estos momentos. 

Según adelantó en exclusiva ‘Bloomberg’ este lunes, Siemens estaría dispuesta a comprar el 8,07% que la empresa presidida por Ignacio Sánchez Galán aún tiene en Siemens Gamesa. La alemana “podría pagar una prima” sobre el precio vigente y, en caso de hacerse con ese paquete e incrementar su participación del 59% actual al 67%, incluso contemplaría lanzar posteriormente una oferta pública de adquisición (opa) sobre el resto de las acciones, según el citado artículo, aunque para ello debería rascarse el bolsillo. Alcanzar el 41% que aún no controla le costaría más de 4.000 millones de euros si ofrece un precio superior al actual. 

La reacción del mercado fue inmediata. En forma de compras de los títulos de la eólica, claro. Cerraron con una subida del 8,5%, hasta los 14 euros, su precio más alto desde mediados de septiembre. Aunque la información de ‘Bloomberg’ saltó a primera hora de la tarde, dio tiempo a que la contratación diaria de títulos de Siemens Gamesa se disparara hasta los 3,9 millones de acciones, cuando su media diaria es de 1,6 millones. Ante lo que haga finalmente Siemens, mejor comprar cuanto antes, pensaron muchos. Y actuaron en consecuencia

La clave, como siempre, la tendrá el precio. A los 12,90 euros a los que Siemens Gamesa cerró el pasado viernes, el 8,07% de Iberdrola tenía un valor de mercado de 710 millones de euros. A los 14 euros a los que terminó este lunes, pasa a valer ya 770 millones.

Por ahora, las distintas partes guardan silencio. "Sin comentarios", es la versión oficial. Tampoco los hay en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que no entendió oportuno suspender la cotización de Siemens Gamesa este lunes ni requerir información a ninguna de las empresas implicadas. Pero lo cierto es que el planteamiento encaja y nadie se muestra sorprendido en el mercado, donde se da por hecha la operación o, por lo menos, su planteamiento dadas las constantes tensiones entre Siemens e Iberdrola.

NO ES UN MOMENTO CUALQUIERA...

Esas diferencias volverán a plasmarse hoy. Porque la información de 'Bloomberg' no se produce en un momento cualquiera. Este martes, Siemens e Iberdrola volverán a verse las caras los juzgados por las discrepancias en la gestión de Siemens Gamesa. 

El grupo industrial alemán tiene previsto agrupar todos sus activos energéticos, incluidos los de Siemens Gamesa, en una nueva sociedad, Siemens Energy, con la intención de que cotice en bolsa en septiembre de 2020. Iberdrola considera que esta operación generará impactos relevantes en las relaciones y los acuerdos existentes entre ambas compañías, hasta el punto de generar posibles conflictos de interés, ante los que la eléctrica propuso ciertos mecanismos de control que fueron rechazados por el Consejo a mediados de junio. Iberdrola impugnó estos acuerdos un mes después ante el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Bilbao. Y ahora, con la posible oferta de compra de Siemens en el ambiente, este martes se celebrará la audiencia previa para este juicio.  

A VUELTAS CON LOS 22 EUROS 

Tanto este asunto, como otros que tienen pendientes en los tribunales, alcanza una considerable relevancia. Porque los precios actuales del mercado no son los únicos relevantes en las relaciones entre Siemens e Iberdrola y lo que pueda dar de sí el posible interés de la primera por el 8,07% de la segunda. Los otros precios que vuelven a escena en medio de las disputas judiciales y de la oferta que Siemens estudia son los recogidos en el pacto parasocial alcanzado entre la alemana e Iberdrola en junio de 2016, antes de que la fusión se cerrara oficialmente.

Dicho documento contempla que en caso de que Siemens incurra en un incumplimiento de aspectos establecidos en esos pactos relativos a la sede, el Consejo de Administración, el nombramiento de los consejeros o de determinados puestos directivos o la protección de los accionistas minoritarios, entre otros, Iberdrola tendrá el derecho de vender sus acciones y Siemens la obligación de comprárselas. "El precio de adquisición será el mayor de a) 22 euros o b) el precio de cotización al cierre del mercado de las acciones de Gamesa en el día en que se produjo el incumplimiento más una prima del 30%", recogen esos pactos. 

La salida de Iberdrola también tendría otras implicaciones. Como las vinculadas a la 'españolidad' de Siemens Gamesa, que quedaría comprometida sin la presencia de la eléctrica en el capital

Esos 22 euros no se parecen en nada al precio actual. Tampoco los 18,2 euros a los que conduciría esa prima del 30% sobre el cierre de este lunes en el supuesto de que ese día se hubiera producido alguno de los incumplimientos recogidos en los pactos. Pero, según fuentes consultadas, son precios que le pueden servir a Iberdrola como referencia para endurecer su posición vendedora. E incluso más que eso, puesto que fuentes del mercado señalan que la eléctrica busca en los juzgados el respaldo preciso para probar que Siemens ya está incumpliendo -o va camino de hacerlo- esos pactos con el fin de activar 'la cláusula de los 22 euros'. Otras fuentes conocedoras de la situación apuntan que, llegado el caso, la invocación de esta cláusula de incumplimiento dependerá de si sigue vigente, como defenderá Iberdrola, o si ha caducado, como alegará Siemens. 

Aunque, por otra parte, la eléctrica podría tener ya suficiente con lo que hay y esa posible prima adicional a la que 'Bloomberg' alude. En 2017, y como resultado de la fusión, ya se apuntó un beneficio de 255 millones de euros, incluido un dividendo extraordinario próximo a los 200 millones, unas cifras que han engordado con los dividendos abonados posteriormente. Además, Iberdrola pasó a tener una participación que a precios de mercado rondaba entonces los 1.000 millones de euros, cuando el valor neto en libros que daba al 19,7% que tenía en Gamesa hasta 2016 se limitaba a 545 millones. Es decir, una cifra superada ampliamente también por el valor que alcanza su participación a los precios actuales pese a la notable caída de la cotización desde 2017.

¿Algo más? Por supuesto. Siempre hay más. Porque el 'adiós' de Iberdrola también tendría otras implicaciones. Como las vinculadas a la 'españolidad' de Siemens Gamesa, que quedaría comprometida sin la presencia de la eléctrica en el capital de la renovable. 

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