La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, ha asumido la responsabilidad de la idea de imponer un gravamen sobre los beneficios extraordinarios de la banca, cuyo anuncio provocó la semana pasada un terremoto en la cotización de las entidades italianas.
Este terremoto forzó al Gobierno a matizar el alcance del impuesto menos de 24 horas después de hacer públicas sus intenciones. "Por supuesto que lo volvería a hacer, es una iniciativa que quería", ha afirmado la primera ministra italiana en una entrevista recogida por Europa Press tras ser publicada en diversos medios italianos.
Melonio ha defendido que "había una situación de desequilibrio" entre la banca y los ahorradores, después de que las entidades se apresurasen a subir las tasas hipotecarias sin hacer lo mismo con la retribución del ahorro, creando "una distorsión".
El anuncio por sorpresa del nuevo impuesto hace una semana y la falta de detalles sobre su aplicación práctica provocó el desplome de la cotización de los bancos italianos, borrando casi 10.000 millones de capitalización del sector en una sola sesión y provocando que en menos de 24 horas el Ministerio de Economía y Finanzas de Italia saliera al paso para limitar el alcance del gravamen.
De tal modo, el Ministerio de Economía y Finanzas de Italia aclaró que el nuevo impuesto a los bancos "prevé un tope máximo para la aportación que no puede superar el 0,1% del activo total", un alcance sustancialmente inferior al estimado inicialmente por los mercados.
Estabilidad financiera
Asimismo, el Ministerio de Economía y Finanzas de Italia aseguró que los bancos que ya habían ajustado la remuneración de los depósitos en línea con lo recomendado por el Banco de Italia no sufrirán impactos significativos como consecuencia de la norma aprobada.
Giorgia Meloni no ha ocultado su preocupación por el impacto de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) sobre la recuperación de la zona euro y la estabilidad financiera, llegando a calificar de "simplista" la respuesta del instituto emisor y advirtiendo de que podría acabar resultando más dañina que el propio mal que trata de combatir.