BBVA seguirá adelante con su calendario de devolución de los fondos que tomó prestados a través del programa de liquidez TLTRO del Banco Central Europeo (BCE). Y lo hará a pesar de que el supervisor bancario de la zona euro ha decidido cambiar las condiciones de este programa precisamente para poner coto a los llamados beneficios caídos del cielo de la banca.

Rafael Salinas, director financiero de la entidad, ha explicado este viernes que BBVA tiene pendiente de devolución unos 7.000 millones de euros en diciembre de este año, otros 7.000 millones en marzo de 2023, 21.000 millones en junio del año próximo y 3.500 millones en marzo de 2024.

Un calendario que, "en principio", el banco va a mantener. "Pensábamos mantener esos vencimientos originales. Tras los anuncios de ayer no vemos motivo para cambiar esta estrategia", ha afirmado Salinas, que ha recalcado que los equipos de la entidad siguen analizando el documento técnico del BCE, que es "bastante arduo".

[Lagarde (BCE) se enfrenta a la banca: pone coto a los 'beneficios caídos del cielo' asumiendo el "riesgo legal"]

"En principio, no vemos motivo para cambiar esa estrategia de ir haciendo frente a los vencimientos que estaban establecidos en la medida en que los cambios de ayer los visualizamos como neutrales económicamente, no suponen un motivo de mantenimiento ni cancelación", ha añadido.

Y es que en opinión del director financiero de BBVA, "evidentemente es un volumen de liquidez que afecta a los ratios de liquidez", por lo que a los gestores de la entidad les parece "lógico seguir manteniéndolos". Una estrategia contraria a la de otras entidades, que prefieren devolver anticipadamente la liquidez obtenida a través de este programa al perder el incentivo a mantenerla en sus balances.

Inversión en Turquía

Por su parte, Onur Genç, consejero delegado de BBVA, ha defendido la estrategia de inversión del banco en Turquía a pesar del escenario de hiperinflación que está viviendo actualmente el país.

De acuerdo con el número dos del banco, la inversión ha sido de unos 6.900 millones de euros, mientras que el último beneficio de la filial ronda los 300 millones. "No está en absoluto rindiendo como esperaríamos, pero este año es muy particular, porque es el primero en el que hay contabilidad hiperinflacionaria", ha explicado.

"Éramos muy conscientes de esas vulnerabilidades a corto plazo. ¿Si fue un error lanzar una opa? Este año no es nuestro horizonte de inversión, es a mucho más largo plazo. Hay que tener perspectiva a largo plazo", ha continuado.

De hecho, en su opinión, "si la inflación se reduce los beneficios serán muy diferentes". "Si no hubiese contabilidad hiperinflacionaria esos 300 millones habrían sido 1.600 millones de euros", ha concluido.