No se la juegan. Cuatro meses después de la sentencia del Tribunal Supremo que anuló por usura el interés de una tarjeta ‘revolving’ de WiZink, los bancos reculan en la comercialización de este tipo de plásticos, o bien bajando sus intereses, o directamente haciéndolas desaparecer de circulación.

Así lo confirman a Invertia varias entidades nacionales, en medio de un escenario judicial que este año ha complicado, y mucho, la vida a los gestores bancarios, con sentencias que abren la puerta a un aluvión de reclamaciones tanto en revolving, como en cláusulas suelo, IRPH, gastos hipotecarios, comisión de apertura e incluso las costas judiciales de estos procesos.

El sector no está dispuesto a enturbiar la mejora de la reputación lograda durante la gestión de la crisis. Y mucho menos antes de conocer el contenido de la nueva orden ministerial que prepara el Gobierno sobre el crédito ‘revolving’ y que se conocerá en los próximos días.

“No queremos seguir creciendo en este negocio hasta que se clarifique la situación”, explica el director financiero de Bankinter, Jacobo Díaz, en referencia también a las dudas que aún persisten sobre la sentencia del Supremo.

El directivo reconoce que en materia de provisiones, "estamos siendo más prudentes con la litigiosidad de las 'revolving'", dejando de crecer en este segmento y reformulando su nueva producción con intereses por debajo del 20%.

Exposición baja, pero suficiente

En total, la entidad cuenta con una exposición de 600 millones de euros al crédito revolving, una cifra baja comparada con los 63.000 millones de euros de su cartera total, pero suficiente para pensarse dos veces el riesgo judicial que entraña.

El mismo mensaje barajan desde CaixaBank, conscientes de que la sentencia del Supremo propiciará "una significativa litigiosidad" cuyo impacto no puede determinar, por lo que este asunto está siendo objeto de seguimiento y de una gestión específica por parte de la entidad.

En su último folleto continuado, la entidad critica también la falta de elementos suficientes para valorar el riesgo judicial en estas tarjetas, en las que los bancos suelen ofrecer cuotas mensuales muy bajas que generan un 'efecto bola de nieve' en su deuda con la entidad. “La sentencia no proporciona criterios específicos o precisión que permitan determinar con seguridad jurídica qué superación o distancia del interés normal del dinero puede llegar a conllevar la nulidad del contrato", explican.

Pero precisamente por ello, ve "probable" que el fallo propicie "una significativa litigiosidad y un conjunto de criterios judiciales dispares cuya concreta afectación no es determinable en la actualidad y que será objeto de seguimiento y gestión específica".

WiZink, una de las entidades comercializadoras de tarjetas 'revolving'.

Bajada de intereses

Ante este panorama, lo mejor, reducir exposición. Una opción que han tomado el resto de entidades metidas en este segmento del crédito al consumo y que ha llevado a que, según un estudio del comparador financiero Helpmycash.com, tres de cada 10 ofertas de tarjetas 'revolving' han desaparecido de las páginas web de los comercializadores.

Esto, sumado a las renegociaciones, ha provocado que la TAE de estas tarjetas (tipo de interés más costes y comisiones) baje del 25,20% a finales de 2019 al 22,86% actual, según datos recopilados por Asufin. Aún así, la cifra se sitúa más de 4 puntos por encima del último tipo de interés medio de las tarjetas de crédito y revolving publicado por el Banco de España, que alcanzó el 18,69%.

Los tipos de interés que se ofrecen ahora en las redes comerciales pueden bajar incluso al 5%, según indican desde el bufete de abogados Reclama por Mí. Pero cuidado, porque las asociaciones de consumidores advierten que estos ‘cambios’ en el producto se producen con la condición de no reclamar judicialmente, con lo que el cliente sí ve rebajado el interés de su tarjeta, pero cierra la puerta a recuperar lo perdido hasta ahora.

Es más, la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre cláusulas suelo ha echado, sin quererlo, una mano a este tipo de afectados, al declarar que se puede considerar abusiva una cláusula en la que se obligue al cliente de un contrato, en ese caso hipotecario pero que se podría trasladar al crédito al consumo, a renunciar a emprender acciones legales contra la entidad.

La última sentencia europea sobre gastos hipotecarios también ha abierto otra derivada que puede impactar en cualquier proceso judicial, incluidas las 'revolving'. En concreto, la decisión de que sea el banco el que asuma las costas judiciales.

Según cálculos de Asufin, la banca tendría que pagar una media 3.000 euros por costas judiciales en, al menos, los 470.000 asuntos que se acumulan desde 2017 en los juzgados de cláusulas abusivas.

Fuentes financieras advierten que esta amenaza judicial puede provocar, precisamente, el efecto contrario, con una contracción de la operativa que excluya de la oferta de crédito a muchos ciudadanos. En este sentido, la nueva norma que tramita el Gobierno aspira a imponer mayor transparencia en los contratos para evitar que la litigiosidad se dispare. Aunque, en el caso de las 'revolving' y tal y como adelantó Invertia, no parece que se vayan a imponer límites a los tipos de interés de estos préstamos.

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