La agencia Moody's mantiene su perspectiva estable sobre la banca española, pero advierte de que su solvencia compara "muy desfavorablemente" con la media europea y además hay riesgos legales, entre ellos la sentencia europea sobre el IRPH, una alternativa al euríbor usada en el pasado por las cajas.

Durante una conferencia, una experta de Moody's ha explicado que están a la espera del dictamen del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre el IRPH, que se espera para principios de marzo, para cuantificar el posible impacto en el sector.

Además, ha subrayado que la solvencia media, en términos de CET1, de la banca española está en el 11,6% frente a la media europea del 14,4%, si bien ha admitido que en el caso de España juega de manera negativa el mayor volumen de activos ponderados por riesgos.

En cuanto al saneamiento de los balances, desde Moody's confían en que los bancos seguirán avanzando en la reducción de sus activos problemáticos, pero consideran que no lo harán con la misma intensidad que en los últimos años.

La morosidad está ya por debajo del 5% y la evolución ha sido "muy buena" ayudada también por las ventas de carteras de préstamos, lo que ha contribuido a que los activos problemáticos de la banca española haya bajado al 8 % frente al 18 % que alcanzó en 2013.

Desde Moody's esperan que estos datos sigan mejorando, porque aunque en 2019 se vio un repunte en el saldo de morosos, en la agencia creen que éste será mitigado por las recuperaciones de préstamos y el paso de morosos a fallidos.

Para que el sector gane rentabilidad en un entorno de tipos de interés negativos, la mejora de la eficiencia seguirá siendo clave y ahí la tecnología puede ayudar a la banca española, que ya está por encima de la media, aunque lejos de los países nórdicos, en número de usuarios digitales.

Moody's destaca la diversificación del Banco Santander y BBVA, pero precisa que en sus análisis ya tiene una visión más conservadora de mercados maduros como España y Reino Unido, en el caso de la primera entidad, y en BBVA de la mayor debilidad de Turquía, además de España.