La defensa del expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, ha rechazado este lunes las acusaciones por presunta estafa a inversores sobre su cliente, y ha insistido en que no se puede juzgar penalmente el resultado de la salida a bolsa de la entidad, al producirse en un "ámbito de riesgo" como es el mercado bursátil.

Durante la exposición de su informe final, el abogado Ignacio Ayala ha destacado la validez del folleto informativo "de 400 páginas" que se entregó a los accionistas, que "fue aprobado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)" una vez cumplidas sus exigencias, por lo que cualquier irregularidad achacada a los antiguos gestores de Bankia implica que "también se ha producido una dejación de funciones" por parte del organismo.

No obstante, ha subrayado que "los escritos de acusación no determinan ni establecen ninguna actuación concreta sobre la confección del folleto" en la que intervino, quien "no ha intervenido ni en la elaboración ni en la presentación" de dicho escrito al no disponer de "poderes especiales".

Alegato aparte ha dedicado Ayala al "perjuicio patrimonial" que sufrió el exvicepresidente del Gobierno al adquirir "66.667 acciones" de Bankia, hecho por el que "no tiene sentido" hablar de delito, pues lo contrario implicaría haberse "autoestafado".

De igual modo, ha afeado las acusaciones particulares y populares por "decir que eran incapaces de entender los riesgos", máxime cuando el documento detectaba 36 potenciales peligros vinculados al salto al parqué "que podían llevar a una pérdida total o parcial de la inversión".

"Eso se lo dice al mercado, al inversor", ha reiterado el letrado, que ha negado que Rato adoptara de forma unilateral la decisión de debutar en bolsa, ya que "una cosa es impulsarla junto con los operadores en un ámbito legislativo que te dice que es la única salida, y otra tener la competencia" exclusiva para hacerlo.

En este punto, ha ironizado sobre que las acusaciones aleguen que los problemas de Bankia fueron completamente independientes al contexto económico y a la mayor crisis financiera de las últimas décadas, y que, sin embargo, sostengan que "lo único que cuenta es lo que pasó en julio de 2011", en alusión a la fecha de salida a bolsa.

Ayala ha desmarcado al exministro de responsabilidades respecto a Banco de Valencia, principal participada de una de las siete cajas del grupo BFA, Bancaja, de la que procede buena parte de los deterioros que se dejaron sin aflorar en la integración de 2010, según la Fiscalía Anticorrupción.

También lo ha apartado de las supuestas alteraciones en las que habría incurrido la entidad levantina a la hora de registrar una de las operaciones más polémicas del juicio, Picton-Deutsche Bank, de la que ha dicho que "parece difícil que si aparecía contabilizada en 2007, Rato pudiera dar alguna instrucción sobre ella a Bancaja".

"No tengo preparada ninguna frase, pero termino dando las gracias por escucharme con atención, convencido de que tenéis que dictar una sentencia absolutoria. Y en eso confío, porque los hechos no son delito, no hay prueba", ha concluido el abogado ante la sección cuarta de la sala de lo Penal.