Al principio, allá por junio de 2014, la 'broma' apenas salía por unos 320.000 euros al día. El problema, sin embargo, es que los días fueron pasando. Uno. Otro. Y otro más. Y se convirtieron en semanas, las semanas en meses y los meses en años. Y la 'factura' fue creciendo. Más de 700.000 euros diarios cuando acabó 2014. Más de 5 millones al final de 2015. Por encima de los 13 millones en las campanadas de 2016. Brincando los 19 millones un año después, y ahí, en torno a esos 18 o 20 millones de euros diarios, se ha mantenido desde entonces. 

Estas cifras corresponden a las sumas diarias que los bancos deben pagar al Banco Central Europeo (BCE) por el dinero que les sobra cada día desde que los tipos de interés de la facilidad de depósito se encuentran en negativo. Y como llevan en negativo desde el 11 de junio de 2014, las hojas del calendario siguen cayendo y la 'sanción' para los bancos continúa engordando. Tras cinco años y tres meses de tipos negativos, la penalización acumulada asciende ya a 23.250 millones de euros

Esta realidad estará muy presente en la reunión de política monetaria que el Consejo de Gobierno del BCE celebrará este jueves. Porque en sus planes figura rebajar todavía más ese interés, el de la facilidad de depósito, convertido ya en el auténtico ancla de la política monetaria europea en los últimos años, en detrimento de los otrora protagonistas tipos oficiales, situados en el 0%. 

En las condiciones actuales, la 'factura' anual de los tipos negativos ronda los 7.500 millones. Si el BCE no aplica paliativos y baja los tipos al -0,50%, crecerá hasta los 9.000 millones; y si los reduce al -0,60% se acercará a los 11.000 millones

Aunque la tesis oficial defendida por el BCE parte de la premisa de que la contribución de los tipos negativos al crecimiento económico mitiga los posibles perjuicios que esos mismos intereses inferiores al 0% pueden provocar en el negocio bancario, la entidad presidida por Mario Draghi ha concedido en los últimos meses la posibilidad de explorar medidas que suavicen ese impacto. Ahora, posiblemente, ha llegado el momento de ponerlas en marcha si, como parece, va a estrujar los tipos de depósito para alejarlos todavía más del 0%.

Los pronósticos contemplan un descenso adicional de 10 puntos básicos, hasta el -0,50%, o de 20 puntos básicos, hasta el -0,60%. La gestora Pimco se inclina por la primera opción, la del recorte de 10 puntos básicos, mientras que Bank of America Merrill Lynch o ING se decantan por un tijeretazo más intenso, de 20 puntos básicos. 

Teniendo en cuenta esos más de 23.000 millones desembolsados ya por la banca por esta cuestión desde 2014 y, sobre todo, considerando que el exceso de liquidez actual asciende a 1,78 billones de euros, con perspectiva de que crezca si, como también parece, el BCE adopta otras médidas destinadas a crear más dinero -como retomar las compras netas de activos en el mercado-, bajar más los tipos sin 'dar' nada a cambio a los bancos resultaría especialmente dañino para el sector.

Si ahora, con los tipos al -0,40%, la 'multa' diaria supera los 19 millones de euros, sin mediar ningún paliativo crecería hasta los 24 millones con los tipos al -0,50% y se dispararía hasta los 29 millones con los intereses al -0,60%. O lo que es lo mismo, entre 8.900 y 10.600 millones de euros al año, frente a los cerca de 7.500 millones actuales. 

DE PASAJEROS A DURADEROS

A estas cifras se añade otro factor determinante: en 2014, los tipos de la facilidad de depósito por debajo del 0% parecían un fenómeno pasajero. Algo transitorio. Pero ya llevan más de cinco años vigentes. Y no solo eso, sino que van a descender más y van a seguir bajo el 0% bastante más tiempo, una persistencia que representa un desgaste mayúsculo para la banca que, de algún modo, el BCE tratará de amortiguar este jueves. 

"Para mitigar el efecto que la rebaja de los tipos de depósito tendría sobre el sector bancario, parece que el BCE introduciría un sistema de 'tiering' (sistema escalonado sobre el exceso de reservas depositadas en el BCE) que beneficiaría, sobre todo, a bancos franceses y alemanes que son los que tienen más liquidez depositada", apunta Cristina Gavín, gestora de fondos de inversión de Ibercaja Gestión. Y previene: "La falta de noticias en este sentido podría tener efectos negativos sobre la rentabilidad del sector financiero y sería acogido negativamente por los inversores".

La opción de escalonar o segmentar las reservas consistiría en dejar de cobrar a los bancos el mismo interés por todo el dinero que les sobra y establecer distintos tipos para los niveles definidos. Con esta medida, además de intentar aligerar la 'factura' directa de los bancos, posiblemente el BCE buscaría dar pendiente a la curva de intereses para facilitar así el negocio bancario, aunque en ese caso deberá hilar muy fino para que no se traduzca de facto en un endurecimiento de las condiciones financieras que acabe generando efectos secundarios contrarios a los buscados

Pero hay más opciones. El establecimiento de unas condiciones más ventajosas en la nueva ronda de financiación bancaria especial (TLTRO III) que el BCE va a poner en marcha este mes, por un lado, y la inclusión de nuevos títulos bancarios en el abanico de activos que puede empezar a comprar la institución en la reactivación de las compras netas en el mercado, por otro, figuran también entre las alternativas con las que la entidad monetaria perseguiría aliviar el impacto de unos tipos más bajos en la rentabilidad del sector. 

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