Bruselas

Pese a los fracasos anteriores, Bruselas quiere resucitar su plan de crear una base imponible común en la UE para el impuesto de sociedades como receta para combatir la elusión fiscal de las multinacionales. La propuesta original data de 2011, pero naufragó por el veto de los Estados miembros que se benefician de los fallos del sistema vigente, como Irlanda o Luxemburgo. Un segundo intento en 2016 corrió idéntica suerte. Ahora, la Comisión de Ursula von der Leyen pretende relanzar el debate aprovechando el impulso reformista de la Casa Blanca de Joe Biden.

El Ejecutivo comunitario ha presentado este martes su hoja de ruta para reformar la tributación de las empresas en la UE en los próximos años. La medida más ambiciosa, que se anuncia ahora pero no se presentará hasta 2023, es precisamente una nueva propuesta para establecer una base común del impuesto de sociedades (se llamará BEFIT en la jerga bruselense). La anterior -conocida como CCCTB-, que se ha debatido 10 años sin éxito, se retira. 

Sin embargo, el objetivo de ambas iniciativas es similar. No se busca igualar el tipo del impuesto de sociedades (que oscila entre el 9% en Hungría y el 31,5% en Portugal) en toda la UE. De lo que se trata es de definir unas reglas comunes para que las multinacionales calculen sus beneficios imponibles, en lugar de los actuales 27 sistemas diferentes, así como una fórmula para repartir estos beneficios entre los diferentes Estados miembros, que serán los que los graven en última instancia.

Esta base común minimizará las oportunidades de elusión fiscal y ala vez reducirá los trámites administrativos y los costes de conformidad, sostiene Bruselas. La principal diferencia entre BEFIT y CCTB es que la nueva propuesta pretende reflejar los grandes cambios en la economía y en el marco internacional en la última década, en particular la digitalización. Pero el problema es el mismo: la exigencia de unanimidad en la UE para las decisiones sobre impuestos.

¿Por qué la reforma del impuesto tiene ahora mayores posibilidades de prosperar que en 2011 o en 2016? ¿Por qué van a renunciar Irlanda o Luxemburgo a las ventajas de su posición de paraísos fiscales dentro de la UE? "En primer lugar, por la situación pospandemia y la necesidad de contar con recursos públicos importantes y de rediseñar nuestro sistema tributario", responde el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni.

Ahora mismo, los Estados miembros pierden 50.000 millones al año por fraude del IVA; otros 46.000 millones por elusión fiscal internacional de particulares; y entre 35.000 y 70.000 millones debido a la evasión en el impuesto de sociedades en la UE, según los cálculos de Bruselas. 

Acuerdo mundial en la OCDE

El segundo factor que lo cambia todo es la posibilidad de un acuerdo mundial sobre el impuesto de sociedades en la OCDE, que Bruselas espera para junio o julio gracias a Biden. "Si este acuerdo se produce, estoy seguro de que será posible lograr un compromiso dentro de la UE para aplicarlo", sostiene Gentiloni, aunque admite que "no será fácil".

A la espera de esta gran reforma del impuesto de sociedades, Bruselas plantea en su hoja de ruta una serie de iniciativas a corto plazo más modestas pero también más factibles. En primer lugar, el Ejecutivo comunitario ha adoptado este mismo martes una recomendación sobre el tratamiento fiscal de las pérdidas, que insta a los Estados miembros a permitir que las empresas puedan compensar retroactivamente bases imponibles negativas, como mínimo, en el ejercicio fiscal anterior.

Según la Comisión, esta medida beneficiará las empresas, especialmente las pymes, que eran rentables en los años anteriores a la pandemia, permitiéndoles compensar las bases imponibles negativas de 2020 y 2021 con las cuotas tributarias que pagaron antes de 2020

Además, Bruselas pondrá sobre la mesa a finales de año una propuesta legislativa para atajar el uso abusivo de sociedades fantasma. Para 2022 está programa otra iniciativa cuyo objetivo es obligar a las grandes empresas a publicar los tipos impositivos reales que pagan.

Finalmente, el Ejecutivo comunitario prepara también para el año que viene una norma para corregir el sesgo deudista del impuesto de sociedades, que trata la financiación de las empresas con deuda de forma más favorable que la financiación con fondos propios. Esta propuesta tiene por objeto incentivar que las empresas financien sus actividades con fondos propios en lugar de endeudarse.

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