Poner en marcha un proyecto no es nada sencillo. Cuando decides dar el paso te enfrentas a muchas incertidumbres o a acontecimientos que van más allá de lo que pudiste imaginar, como es el caso del Covid-19. Además, cuando se trata de un proyecto de investigación e innovación, las dudas y los retos a los que te enfrentas se multiplican.

Proyectos como SmartCars, nuestro sistema asequible de asistencia en conducción, no serían posibles sin la confianza de inversores, tanto públicos como privados. Si a ello le sumas que quieres desarrollarlo en la llamada "España vacía", el apoyo de las instituciones es fundamental. En Galicia, comunidad en la que nosotros hemos desarrollado nuestro proyecto, la innovación de producto apenas existe. Por tanto, es muy importante que las empresas contemos con incentivos por parte de la administración pública, más aún en los tiempos que corren, para poder renovar los sectores tradicionales de la región.

En el caso de Galicia, la agricultura, la industria naval, la textil y, también, la automoción. Por tanto, si queremos desarrollar soluciones que puedan competir en el mercado internacional, es esencial contar con el respaldo de los organismos públicos. Además, fomentar que este tipo de proyectos se queden "en casa" contribuye a retener y atraer talento de personas cualificadas, tanto nacidas aquí, como de fuera de nuestra región que tienen una oportunidad laboral en Galicia.

En nuestro caso, contamos con compañeros de Madrid, Portugal, Valencia y Andalucía. Personas que han decidido apostar por nuestro proyecto y, como consecuencia, fijar su residencia en Galicia. Permítanme contarles cómo hemos logrado materializar nuestra idea y que sirva esto como inspiración para pequeñas empresas que quizá en estos tiempos deban considerar distintas posibilidades de financiación.

Xesol nació en Vigo en el año 2012, con el objetivo de crear una tecnología que pudiese salvar vidas en la carretera. Esto se materializó en Smartcars, una solución de asistencia a la conducción para potenciar la seguridad vial. Smartcars es uno de los proyectos que ha recibido financiación de la Unión Europea (UE) a través del Instrumento PYME. Este programa se estructura en dos fases. En la primera de ellas, la ayuda está destinada a financiar la exploración del estudio y su viabilidad técnica y potencial comercial.

Si este estudio determina que el proyecto tiene potencial para ser desarrollado, la empresa puede solicitar la Fase 2. En esta parte del proceso la financiación es más alta (entre 500.000 y 2.500.000 euros) y está destinada a proyectos de innovación sustentados en un plan estratégico de negocio sólido.

Pero, ¿qué es necesario para que la UE financie tu proyecto? Como ocurre con cualquier proyecto que quiera ponerse en marcha, el primer paso siempre consiste en encontrar una necesidad en el mercado que debe ser atendida. Una vez identificada, se requiere de un tiempo de reflexión para poder desarrollar una buena propuesta que satisfaga esa necesidad. En este punto, es clave contar con unos objetivos claros y, sobre todo, plantear una solución realista, que se pueda llevar a cabo.

¿Cuál fue nuestra experiencia? En nuestro caso nos centramos en uno de los sectores potenciales de nuestra región, la automoción. Cuando nosotros decidimos poner en marcha nuestro proyecto, vimos que las tendencias iban hacia un vehículo eléctrico, conectado y autónomo. Para que un vehículo autónomo sea viable, requiere de la convivencia de, al menos, tres sistemas: el de percepción del entorno, el de actuación y, por último, el de planificación de la trayectoria.

Realizado este análisis, mucho más en profundidad, nos decidimos por trabajar en el sistema de percepción del entorno, a través de la visión artificial, para proporcionar un sistema avanzado de ayuda a la conducción.

Localizado el problema y planteada una posible solución, solo nos faltaba contar con el dinero para poder desarrollarlo. En nuestro caso, optamos por un plan de financiación mixto, solicitando también fondos públicos, sobre todo en la parte inicial del proyecto.

Recibir la financiación por parte de la Unión Europea nos dio el impulso que necesitábamos para poder desarrollar nuestro proyecto. En primer lugar, porque contar con la aprobación de la UE dotó de credibilidad al proyecto frente a nuevos inversores. En segundo lugar, porque nos permitió contratar personal especializado y con experiencia que aportó la metodología adecuada al proyecto. Así, redujimos los plazos de desarrollo, algo que en el sector de la automoción es esencial.

El desarrollo de una región no es posible sin el apoyo de instituciones públicas. Frenar la despoblación de las regiones rurales es posible. Pero para ello, el primer paso es renovar las industrias propias de cada región y fomentar el crecimiento de PYMES y startups que tengan proyectos de innovación e investigación. En el contexto actual, las empresas y start ups deben mirar a Europa y buscar en las oportunidades en los programas de financiación que ya tiene en marcha la UE, como es el caso del Instrumento PYME.

*** Ángel Rodríguez Sío es project manager de Xesol Innovation.