El cuidado profesional de los mayores ha evolucionado en los últimos años, enfocándose hacia un trato más cercano y humano de la persona. Las residencias de Clece, empresa multiservicios filial de ACS, son un modelo claro de esta evolución. Ejemplo de ello es la Residencia de Mayores Clece Vitam San Antonio, ubicada en Salamanca, ciudad en la que se desarrolló el “Foro de Debate Evolución del cuidado a los mayores. Un viaje hasta la profesionalidad”.

Debate EL ESPAÑOL - Clece: La evolución del cuidado a los mayores

Tal y como explicó durante el evento María Isabel Macías Tello, concejala del Ayuntamiento de Salamanca, delegada de mayores: “En Salamanca somos muy conscientes de la necesidad que hay de dedicarse a las personas mayores; prueba de ello es que en nuestra concejalía existe una delegación centrada en ellas, un recurso que no está presente en todas las ciudades".

"Nuestro cometido es trabajar el envejecimiento activo y promulgar hábitos saludables, permitiendo así una mayor calidad de vida de los mayores para prevenir la dependencia y favorecer que permanezcan en su entorno el mayor tiempo posible. Yo, como enfermera en activo desde hace muchos años, soy muy consciente de lo importante que es esto y de lo mucho que se puede y se debe hacer por mejorar la situación de estas personas”.

La psicóloga Noelia Flores Robaina, profesora titular de la Universidad de Salamanca y experta en el área de personalidad, evaluación y tratamientos psicológicos, quien también participó en el foro, resaltó la importancia que la docencia tiene actualmente en este campo: “Hasta hace nada, las auxiliares (generalmente mujeres); que atendían a domicilio a las personas en situación de dependencia, habían hecho únicamente un curso para desempleados".

"Ahora, sin embargo, hay capacitación de grado superior y grado medio y, también, Formación Profesional. En este momento, los estudios de terapia ocupacional están muy demandados; en nuestra facultad, el 90% de los estudiantes de terapia ocupacional encuentran trabajo en el primer año. Además, existen cursos de posgrado -en neuropsicología, por ejemplo- y másteres, como el de “Atención especializada a personas con enfermedad de Alzheimer y otras demencias”, que se imparte en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca”.

La formación de nuevos profesionales es importante, pero también lo es crear recursos que permitan desarrollar plenamente esa ayuda. Desde el punto de vista de la delegada de Mayores “La llegada de la ley de dependencia ha marcado un punto de inflexión en este tema, ya que ha favorecido la aparición de una oferta muy amplia de recursos".

"La mayoría de ellos están enfocados a la ayuda a domicilio (tele-asistencia, comida  y lavandería a domicilio, custodia de llaves, etc.), pero también hay centros de día, centros de noche y residencias a tiempo completo, como esta en la que estamos, donde los mayores se sienten como en casa”.

Esther Aretxabala, gestora de proyectos en la Fundación Cuidados Dignos, apuntó durante su intervención la gran evolución que ha experimentado el sector del cuidado desde su aparición: “Empezó siendo un modelo de asilos controlado principalmente por el tercer sector -en muchas ocasiones por órdenes religiosas-, que se ocupaban de las personas sin una estructura ni una profesionalización".

"De ahí se pasó a un sistema privado, en el que primaba la seguridad por encima de la individualidad y libertad de la persona. En la actualidad, la ayuda ha evolucionado hacia un modelo más humano, en el que prima la atención centrada en la persona".

"Esta nueva forma de trabajo parte de la base de que la calidad de vida significa una cosa diferente para cada uno, y que las personas tienen derecho a decidir. Nosotros, en nuestra fundación, defendemos este modelo, que se caracteriza por trabajar sin sujeciones, ni físicas (cinturones, muñequeras, etc.), ni químicas. Tenemos acuerdos con Clece que nos permiten difundir nuestro modelo de trabajo por toda España”.

En esta misma línea, Sara García García, terapeuta ocupacional de la residencia Patio de los Palacios de Valladolid, también de Clece, subrayó la importancia que tiene que los profesionales de estos centros se impliquen con las personas que acuden a ellos:

“En la residencia seguimos un modelo de atención centrada la persona. Trabajamos con usuarios que tienen demencia (la mayoría) o que han sufrido algún deterioro neurológico (por un ictus, por ejemplo) y priorizamos aquello que más necesiten (atención, memoria, lenguaje, movilidad…). También atendemos a usuarios que están en buenas condiciones, en quienes fomentamos la autonomía y la actividad en comunidad. Nuestro trabajo se ajusta a cada una de ellos y, para hacerlo bien, muchas veces es fundamental contar con el apoyo de las familias, que nos ayudan a conocerlos, a saber qué han hecho en su vida, las posibles causas de sus problemas, etc.”.

 

Retos y oportunidades de este modelo de cuidado en España

El hecho de que nuestro país sea uno de los más longevos del mundo (disputando el primer puesto con Japón), es un gran orgullo y también, un gran reto. Según explica Flores Robaina: “En este país tan pequeñito está la segunda mayor concentración de personas mayores del mundo".

"Esto tiene un lado bueno y un lado malo. En el lado bueno está la elevada esperanza de vida y también la calidad de esta, derivada de todas estas actividades de prevención que implican la adquisición de hábitos saludables. En el lado no tan bueno nos encontramos con que no estamos preparados para que suceda esto. Como país, no podemos dar cobertura social y asistencial a todo el volumen de personas mayores que tenemos; por eso debemos trabajar mucho en estas nuevas alternativas de cuidado”.

En palabras de Macías Tello: “Creo que el reto de la sociedad es el respeto transversal, de todos hacia todos, lo cual es complicado en una sociedad tan individualista como la nuestra. Integrar a los mayores como personas es vital en este sentido. Las personas mayores son muy actuales, están al día en muchísimas cosas, incluso más que nosotros; por eso hay que escucharlas y tratarlas con consideración. No es fácil para muchos asumir que el mayor no ha nacido mayor ni ha elegido ser mayor. Otra cosa importante en esta línea es fomentar el voluntariado, de otro modo, esta sociedad tiene un futuro muy pobre”.

Otro reto al que se enfrenta el sector es a la falta de concienciación de muchos profesionales respecto al modelo de atención centrada en la persona. Tal y como resaltó la terapeuta ocupacional: “Lo primero es formarles para que puedan empezar a trabajar desde este punto de vista y, sobre todo, para que se dejen de usar sujeciones. Este sistema, además de producir problemas psicológicos, emocionales (de autoestima y confianza) y de conducta, puede aumentar el riesgo de caídas. Hay muchos centros que ya no usa sujeciones y otros están en proceso de dejar de hacerlo. Este cambio implica una modificación de los modelos de trabajo, pero realmente, merece la pena.

En su intervención, Aretxabala, resaltó también la importancia de enseñar los familiares a actuar “en representación” de los usuarios y no “en sustitución” de los mismos “No tienen que pensar si les parece bien o mal una medida que toman los profesionales de un centro, por ejemplo, sino si a su familiar le parecería bien o no”. Respecto a este tema, Flores Robaina resaltó que “es importante ofrecer a los familiares recursos de apoyo de formación y emocionales”.

Las participantes del foro dirigieron palabras de ánimo al público del mismo, alumnos del IES Fernando de Rojas. “Os estáis formando para un trabajo muy importante; muy bonito, pero también duro en ocasiones. Pensad que vais a ser el referente de muchas personas, tanto usuarios como familiares, por eso es fundamental que seáis positivos y que tengáis una buena autoestima. No olvidéis, además, que de los errores es de donde más se aprende”, resaltó García García.

“Ladrillo a ladrillo”: 65 años de edificio dedicado a la atención a las personas.

Estíbaliz de Frías Madero, directora de la residencia Clece Vitam San Antonio, fue la encargada de contar durante el foro la historia del edificio en el que este tuvo lugar. El día de San José de 1952, el Padre jesuita Enrique Basabe anuncia en Radio Salamanca (hoy Cadena SER), su intención de levantar una escuela en unos terrenos propiedad de la Compañía de Jesús, situados en el barrio de la Prosperidad de Salamanca.

Basabe se había dado cuenta de que había una gran cantidad de niños sin escolarizar en esa área, pero, al no haber dinero para acometer las obras, decidió dirigirse a los habitantes de Salamanca, dándoles el siguiente mensaje: “Se está empezando un edificio bajo la protección de San José, sin recursos económicos. Su presupuesto será de seis millones. Ahora es Dios el que tiene que hacer este milagro y vosotros con Dios, con vuestros ladrillos”.

La respuesta de los vecinos no se hizo esperar, todo el mundo contribuyó en la medida de sus posibilidades a la creación de esta escuela tan necesaria. Los que pudieron, aportaron dinero para comprar los materiales; los que no, contribuyeron a la construcción del edificio con su trabajo, siguiendo, de este modo, la consigna dada por el jesuita: “Ya que no hay una persona que pueda dar un millón, que haya un millón de personas que den una peseta cada una”.

Y así fue como, “ladrillo a ladrillo” -lema que reza aún hoy en la fachada del edificio-, la escuela quedó construida en julio de 1954, pasando a llamarse Grupo Escolar San Estanislao de Kostka y contando, en estos primeros momentos, con 6 unidades y un director de grado.

La gran demanda educativa obligó a ampliar el edificio en el año 1959, para poder acoger a 518 alumnos en 12 aulas, que aumentaron a 16 dos años más tarde. En el centro se impartía enseñanza primaria y formación profesional.

“Tanto el comedor como las aulas estaban masificados; había tres niños en pupitres de dos, por lo que, cada cierto tiempo, el profesor tocaba un silbato para que se cambiasen de sitio en los pupitres, pues el que quedaba en medio estaba sobre una barra y muy incómodo. Todo esto hoy día sería impensable”, explicó la directora de la residencia.

En los años 80, con la llegada de la nueva ley de educación las instalaciones se adaptaron y se modernizaron a las nuevas exigencias educativas; se produjo entonces también un relevo generacional del profesorado.

El curso 2008-09 fue el último en el que edificio funcionó como escuela, quedando en desuso hasta que Clece Vitam, que busca siempre edificios que no están en activo y se encuentran situados en los centros de las ciudades, para darles una nueva utilizad, lo convirtió en lo que es hoy: la Residencia de Mayores Clece Vitam San Antonio de Salamanca, lugar donde se ha desarrollado el foro “Evolución del cuidado a los mayores. Un viaje hasta la profesionalidad”, organizado por El Español y patrocinado por Clece.

Clece es la segunda empresa privada más grande de España, sólo superada por Mercadona. Esta empresa multi-servicio, con presencia en España, Portugal y Reino Unido, cuenta con más de 75.000 profesionales y, desde 1992, presta servicio a personas, edificios, ciudades y sus entornos.

Clece destaca por tener una fuerte implicación con la sociedad, que se demuestra a través de su proyecto social. Trabajando por la inclusión y cuidado de personas socialmente desfavorecidas, dando empleo aquellos que más lo necesitan, los colectivos en riesgo de exclusión social: personas con diversidad funcional, jóvenes desempleados y víctimas de violencia de género.

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