Casi cuatro años después de que los británicos decidieran abandonar la Unión Europea, Reino Unido se dispone a oficializar su salida el próximo viernes, 31 de enero. Sin embargo, el 'brexit' no habrá terminado, sino que entrará en su fase más decisiva: la que configurará la futura relación comercial del país con sus exsocios europeos.

Una negociación que está previsto que termine el 31 de diciembre de 2020, pese a que nadie ve posible cerrar un acuerdo comercial tan ambicioso en tan solo 11 meses.

Las grandes empresas llevan tiempo preparándose para el 'brexit' con prestigiosos despachos de abogados. Pero dado que la letra pequeña de ese divorcio no se conocerá hasta dentro de casi un año, la incertidumbre persiste en sus planes de negocios.

Mientras, en puertos, como el de Calais o el de Rotterdam, se ha reforzado el personal para poder hacer frente a la nueva situación aduanera que se produzca en este nuevo escenario. También en España se ha contratado personal de aduanas.

Esos agentes de aduanas serán los que ayuden a asesorar a la pequeña empresa a atravesar este periodo decisivo para el comercio español con destino a Reino Unido.

El pasado jueves, el despacho de abogados Baker McKenzie celebró un webinar con varios de sus socios y sus clientes bajo el título Brexit: la cuenta atrás final: preparando su negocio para el próximo año.

"Nuestra recomendación para las empresas es que se preparen bien, que no descarten un 'hard brexit' ['brexit' duro]. Por ejemplo con efecto inmediato, hasta el 31 de diciembre, Reino Unido se sigue considerando parte del mercado único, de la unión aduanera. Pero la situación no va a ser exactamente la misma que antes del próximo viernes", explica a EL ESPAÑOL la socia de Fiscal de Baker McKenzie, Ana Royuela.

La relación comercial que regirá este año considerará las entregas entre la isla y la UE como intracomunitarias. Pero, por ejemplo, los tratados de libre comercio de la UE con otros países, ya no pueden aplicarse para Reino Unido, explica la abogada especializada en Fiscal.

Se trata de consideraciones que las multinacionales españolas están teniendo muy en cuenta.

Sin embargo, para la pequeña empresa española expuesta al Reino Unido preparar el escenario para el próximo año y el posterior no está siendo tan sencillo al no contar con un asesoramiento tan especializado en una etapa que puede ser crucial para sectores como la automoción, el agroalimentario, el turismo o el textil.

Ninguno de esos sectores debe descartar que dentro de 11 meses Boris Jonhson, que cuenta con la mayoría suficiente para ejecutar sus planes, opte por hacer un 'brexit' duro, como tampoco sería descabellado que en ese plazo, la UE y Reino Unido pacten un nuevo calendario para poder cerrar ese acuerdo comercial. Pero en principio, pedir otra prórroga no es la opción favorita del primer ministro británico.

"Aunque hay un acuerdo, la letra pequeña del 'brexit' todavía no está escrita", señala a este periódico el profesor del IESE Business School, Mike Rosenberg.

"La salida de la UE ha sido una decisión política que puede tener sentido político para los británicos, pero es un disparate económico", añade el especialista en Dirección Estratégica de la escuela de negocios.

Para sectores, como el farmacéutico, el limbo que se abre a partir de este sábado es total por la homologación de los medicamentos. Pero sin duda, uno de los grupos económicos que más va a padecer el nuevo escenario de incertidumbre comercial es el del automóvil.

Temor al 'no deal'

Desde la asociación británica para el automóvil SMMT, se lleva tiempo clamando contra el llamado 'no deal' (sin acuerdo) que no ha dejado de amenazar a este proceso desde que David Cameron abandonó Downing Street en junio de 2016 tras su error político de convocar un referéndum.

Más allá de las grandes firmas del automóvil que están instaladas en Reino Unido, también esta industria sostiene a unas 5.000 empresas de componentes, entre las que hay compañías españolas. 

La automoción genera en este país 168.000 empleos directos y otros 823.000 indirectos.

Reino Unido fabrica 1,5 millones de coches al año y exporta el 80% de ellos. Al mismo tiempo, compra 2,6 millones de vehículos anuales e importa unos dos millones.

¿Cumplirán esos automóviles con los nuevos estándares que establezca Londres?, ¿habrá una homologación común con la de sus exsocios europeos? A menos de una semana del 'brexit', no es posible responder a esas preguntas.

Grandes incógnitas

También se desconocen los detalles de cómo será la fiscalidad que se impondrá en las nuevas relaciones entre España y Reino Unido. "El Gobierno británico todavía no ha explicado en profundidad en el ámbito del IVA si va a permitir a las empresas españolas o europeas deducirse el IVA que se soporte en la importación y en la compra local de productos", explica Royuela.

Conocer detalles como estos son cruciales para las empresas españolas que exportan a Reino Unido y puede obligar a las grandes compañías a instalar almacenes en territorio británico para mitigar pérdidas.

Por ello, las grandes corporaciones han elaborado ya brexit plans para tomar sus decisiones futuras con agilidad cuando se despejen las incógnitas legales, en principio, a partir del 1 de enero de 2021.

No es de extrañar, en este contexto, que muchas inversiones sigan paralizadas y que los mercados hayan acogido bien la victoria de los conservadores en las elecciones de diciembre, pero sin que su euforia se haya mantenido en estos meses. El Ibex 35 también lleva más de tres años padeciendo esas consecuencias.