Jordi Sevilla lleva al frente de Red Eléctrica desde que el Partido Socialista llegara al poder tras la moción de censura. En ese tiempo, la compañía ha adquirido Argo en Brasil y se ha hecho con Hispasat, que estaba en manos de Abertis. Un proceso de expansión en cuyo transcurso ha llegado el nuevo marco de retribución aprobado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y que le obligará a poner en marcha un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). 

Será la primera vez que Red Eléctrica tenga que ejecutar una medida de este tipo, y se prevé que no supere el 10% de los algo más de 1.800 empleados que tiene en todo el país. Un proceso de ajuste que tendría que haberse previsto dado que era conocido desde hace tiempo que la CNMC iba a iniciar un recorte (ahora se sabe que del 7,2%) en las retribución de las redes de alta tensión. 

Ahora bien, es cierto que el ERE no será la única medida que ejecute la compañía pública. Está previsto también que el ejemplo cunda desde arriba y que los principales directivos de la compañía vean ajustados sus salarios en forma de congelación.

Emilio Titos tendrá que lidiar como director general de Mercedes en España con la regulación de empleo que prevé llevar a cabo la compañía en los próximos meses a nivel global. La intención del gigante alemán es recortar 10.000 puestos de trabajo de aquí a 2022. ¿El motivo? La necesidad de reestructurarse ante la nueva era que vive el sector del automóvil con la llegada del coche eléctrico. 

El fabricante alemán tiene en el País Vasco algunos de sus puntos de producción más importantes, con Vitoria como principal exponente. Allí trabajan 5.400 personas. Ahora, todos esos empleados junto a sus compañeros tendrán que esperar para comprobar cómo queda la reestructuración de la compañía, y cuáles son los planes de Mercedes para sus factorías en nuestro país. 

Emilio Titos tendrá que luchar con uñas y dientes para defender una de las grandes industrias en España. La advertencia lanzada por Seat recordando que tiene plantas en todo el mundo (y no sólo en Cataluña) deberían poner en alerta al responsable de Mercedes, aunque también a los líderes políticos para evitar que España deje de ser un referente a nivel global en la producción de automóviles.