Ganar tiempo. Esa es la estrategia de Ana Botín en Prisa para tratar de frenar al fondo Amber en su aspiración de forzar la salida de Javier Monzón del grupo de medios de comunicación.

Este jueves, 26 de septiembre, la empresa editora de El País celebra su consejo de administración mensual en el que tendrá sobre la mesa la citación judicial de su presidente como investigado en la 'trama Púnica'.

Mientras Monzón prepara con su abogado Luis Rodríguez Ramos la declaración ante el juez Manuel García-Castellón, fechada para el próximo 4 de octubre, el núcleo duro español en Prisa trata de ganar otro mes para pronunciarse sobre esa imputación.

Lo hará amparándose en que el informe que ha comenzado a elaborar la Comisión de Nombramientos para decidir el futuro de su presidente no estará terminado.

En el entorno de Santander -accionista y valedor de Monzón en la cúpula de Prisa- hay absoluta confianza en que el expresidente de Indra saldrá impoluto de la investigación y no será imputado por ningún delito.

Javier Monzón, presidente de Prisa y Openbank.

De no ser así y alargarse el proceso judicial, el futuro de Monzón en Prisa podría tener los días contados. Y si funciona ese plan pergeñado por Amber, el influyente directivo también tendría que abandonar la presidencia no ejecutiva de Openbank.

Por partes. El artículo 23 del reglamento del Consejo de Prisa establece que se podrá cesar a un consejero "cuando se viesen negativamente afectadas, de manera significativa, la honorabilidad, idoneidad, solvencia, competencia, disponibilidad o el compromiso con su función necesarios para ser consejero". La imputación de algún delito -algo que no ha sucedido por el momento- pondría en cuestión ese honor.

La Comisión de Nombramientos que debe velar por el cumplimiento de ese reglamento la preside la mexicana Sonia Dulá, ex vicepresidente de Bank of América Merrll Lynch de la órbita de Santander. Pero de esa comisión también forma parte Joseph Marie Oughourlian, fundador de Amber Capital. Es un secreto a voces que el financiero francés de origen armenio no está cómodo con la presidencia de Monzón y tratará de utilizar este frente judicial para hacer tambalear su sillón.

El futuro de Monzón en Prisa podría tener los días contados, y si funciona ese plan de Amber, también tendría que abandonar la presidencia de Openbank

El problema es que no cuenta con los votos suficientes en el Consejo para ejecutar ese plan. Amber tiene el 29,77% del capital de Prisa, pero solo tiene dos consejeros dispuestos a subirse a este barco. Él mismo y Fernando Martínez Albacete.

Santander, con un 4,1%, y Monzón contarían con el respaldo de siete consejeros, a los que además parece que se sumaría Manuel Polanco.

Entre los accionistas españoles se considera inaceptable dejar en manos de un fondo el destino de un grupo editor de medios de la importancia de Prisa. Sobre todo en un momento como el actual en el que las aguas se mueven revueltas en el mundo de la política y de la empresa, por los múltiples frentes judiciales que hay abiertos y afectan a grandes grupos españoles.

Además, si Monzón sale de Prisa, forzaría a Santander a mover ficha en el mismo sentido en Openbank. De no ser así, el sistema de Gobierno Corporativo de Santander quedaría en entredicho en un momento en el que, como consecuencia del fichaje frustrado de Andrea Orcel, está en el punto de mira.

El presidente de la Comisión de Nombramientos del banco, Bruce Carnegie-Brown, ya recibió un tirón de orejas de los proxy advisor (firmas de asesoramiento de voto de los grandes fondos) en la última Junta de Accionistas del banco, como consecuencia del 'caso Orcel'.

Por tanto, si la citación judicial de Monzón va a más, fuentes financieras dan por hecho que la presión de los fondos y los mercados sobre Carnegie-Brown para que tome una decisión tajante y ejemplarizante será muy fuerte. 

Ana Botín, Manuel Polanco, Joseph Oughourlian, Javier Monzón, Carnige-Brown y Sonia Dulá.

Además, fuentes próximas al Banco Central Europeo (BCE) aseguran a este periódico que si el juez pasa a imputar algún delito a Monzón, Fráncfort coordinará con el Banco de España la revisión de su idoneidad en el cargo, aunque su presidencia sea no ejecutiva. Lo haría, eso sí, con confidencialidad para no dañar la imagen de la entidad, como suele hacerse en estos casos.

En el grupo financiero, el respaldo al presidente no ejecutivo de Openbank es total. Su consejero delegado, Ezequiel Szafir, explicó a un grupo de periodistas reunidos en Berlín el pasado miércoles que la investigación sobre su posible relación con la trama Púnica "no afecta a su reputación" y subrayó que de momento "no hay nada" contra el expresidente de Indra.

Fuentes próximas al BCE aseguran que si el juez imputa algún delito a Monzón, Fráncfort coordinará con el BE la revisión de su idoneidad en el cargo

Monzón forma parte del grupo de estrecha confianza de Botín. Se cuenta que fueron el presidente de Prisa y Jaime Castellanos quienes advirtieron a la presidenta de los peligros que supondría para el Santander incorporar al tiburón Orcel en su cúpula.

Fue también el hombre elegido por Botín para impulsar el negocio de Openbank, una de las 'joyas' del grupo, como se pudo comprobar la pasada semana en la presentación de su  estrategia de internacionalización. Un proceso que arrancará en tres países en 2019, sumará otros dos en 2020 y el objetivo es que llegue a 10 nuevos mercados.

Monzón es una figura clave en el tablero de ajedrez de Botín. Y Oughourlian busca hacer un 'jaque mate'.

ATENTOS A...

Las emisiones de cédulas hipotecarias de los bancos se van a animar después de que Liberbank cerrara una colocación de este tipo de instrumentos pagando el mismo precio a los inversores que el Reino de España. Para la entidad que preside Manuel Menéndez-Menéndez, la operación fue un hito por tratarse de la primera vez que emitía este tipo de deuda. Pretendía colocar 1.000 millones de euros a 10 años y logró una demanda de 1.700 millones, siendo el 90% procedente de inversores internacionales.

Curiosamente, más del 35% de los demandantes eran bancos alemanes, dato que contrasta con la actitud de estas entidades a la hora de aprobar operaciones hipotecarias en otro tipo de activos del inmobiliario español, según fuentes de mercado.