Están convencidas de que es el momento de acelerar. Las comercializadoras independientes que tratan de arrebatar terreno a las grandes compañías eléctricas tradicionales se afanan en reforzarse por dentro y por fuera para conseguir captar nuevos clientes.

Refuerzos que, algunas, encuentran en el sector tecnológico. Es el caso de Lucera, que la semana pasada incorporó a Jesús Miñana  (ex rastreator.com, ex Orange) como nuevo director general. Con el anuncio de su fichaje, Emilio Bravo, el fundador de la compañía, destacaba de Miñana su experiencia en el sector de las tecnologías, además de su red de contactos y su visión de negocios.

De hecho, para estas compañías independientes el manejo de la tecnología tiene una importancia suprema. No solo para el funcionamiento del negocio en sí, sino para el contacto y la captación de nuevos clientes a través de páginas web atractivas, aplicaciones amables, informes de consumo, etc. 

"Somos racionales, analíticos, pero al servicio del cliente. Tenemos un sistema que revisa periódicamente todas las facturas", contaba como ejemplo a este periódico Jorge Capilla, el director general de Podo, fundada por los ex Ono Eugenio Galdón y Joaquín Coronado. En el IV Foro Anual de Energía, organizado por El Economista el pasado jueves, Coronado era claro: "El futuro pasa por algo que es tremendamente simple: que todo el mundo entienda su factura de la luz y que además los precios bajen".

Refuerzos en el capital

Cambios destinados a preparar la ofensiva que no solo se están produciendo en los despachos, sino también en el capital de las compañías. El pasado miércoles, Holaluz anunciaba que, la entidad de previsión sectorial de empleo Geroa, entraba en su capital.

Una operación por la que la directora de Geroa, Virginia Oregui, entra en el consejo de administración de la compañía, en el marco de la ronda de financiación de 50 millones de euros que presentará en las próximas semanas la eléctrica que dirige Carlota Pi.

Con la entrada de nuevo capital, la compañía tratará de multiplicar su crecimiento y de reforzar su papel en el autoconsumo, tratando de alcanzar las 1.000 instalaciones fotovoltaicas a final de año.

Se llevan a uno de cada cuatro clientes

Así las cosas, estas compañías tratan de ganar atractivo para conseguir captar nuevos clientes. Según los datos que maneja la Comisión Nacional de los Mercados de la Competencia (CNMC), en el último trimestre de 2018 las comercializadoras independientes se llevaron a uno de cada cuatro clientes que cambiaron de compañía eléctrica. 

Siguiendo con las cifras de la CNMC, el número de puntos de suministro eléctrico en el mercado libre se ha incrementado en más de 3,3 millones en los últimos cuatro años, lo que ha supuesto un aumento del 23%. En concreto, ha pasado de 14,8 millones a final de 2014, hasta 18,1 millones a finales de 2018.

De estos nuevos puntos de suministro, las comercializadoras de los cinco grupos energéticos tradicionales (Iberdrola, Endesa, Naturgy, EDP y Viesgo) contrataron cerca de 2,3 millones, mientras que el conjunto de comercializadoras independientes contrataron en el mismo periodo 1,1 millones de nuevos puntos de suministro.

De esta manera, las comercializadoras de los cinco grupos energéticos tradicionales  controlan el 86,5% del total del mercado libre, frente al 90,8% de cuatro años antes.  El resto de comercializadoras llamadas independientes, suministraban electricidad al 13,5% de los consumidores, una cifra que se reducía al 9,2% hace cuatro años.

El número de cambios de comercializador tanto de electricidad como de gas durante 2018, recoge la CNMC, fue de cerca de 3,9 millones de suministros. Mientras que en el sector eléctrico se registró una tasa anual del 11% (3,2 millones de cambios); en el sector gasista se registró una tasa del 9% (700.000 cambios).

De momento, estas compañías no están dispuestas a ponerse un techo y tratarán de seguir llevándose un pedazo cada vez más grande de la tarta de la cuota de mercado.

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