Los Berlusconi han hecho valer su peso. Tanto en España como en Italia. La propuesta de fusión de las dos ramas de Mediaset ha sido aprobada en sendas juntas de accionistas pese a la frontal oposición de Vivendi, que ha tomado un 1% de la rama española para seguir poniendo en aprietos el nacimiento de la nueva Media For Europe (MFE). El grueso de los inversores que se ha pronunciado sobre la operación en Madrid y Milán lo ha hecho a favor de la integración.

La asamblea celebrada en la periferia de Milán, la más determinante de las dos sostenidas este miércoles, estaba ganada desde su inicio por pura aritméticaMediaset ha negado el derecho de voto al 19,2% de su capital en manos de Vivendi a través del fideicomiso forzoso Simon Fiduciaria. El grupo francés se ha quedado con solo un 9,9% del capital para oponerse a la fusión transnacional. Con un cuórum del 62,5% del capital, el 46% de la rama italiana que obra en manos de los Berlusconi era por sí solo suficiente para alcanzar los dos tercios del voto emitido, umbral necesario para aprobar la operación.

A pesar de que no eran necesarios más apoyos, los accionistas de Mediaset Italia se han volcado con la propuesta, pues un 78% de los votos han sido a favor de la fusión, según ha anunciado la compañía al supervisor nacional. Los analistas apuntan que este respaldo no es extraño ya que para los italianos se habían establecido una ecuación de canje y un precio de recompra más amable que para los accionistas de la rama española. Una estrategia diseñada específicamente para conseguir una más fácil neutralización de Vivendi.

Vivendi ha anunciado que impugnará la "ilegal" junta de accionistas de la rama italiana de Mediaset, donde no se le ha permitido votar con todo su peso inversor

Sin embargo, esta medida no ha tenido el efecto deseado. El grupo de telecomunicaciones francés, además de luchar hasta el último minuto por ejercer su derecho al voto con todo su peso, ha anunciado que impugnará la junta celebrada este miércoles. En este sentido, ha emitido un duro comunicado en el que califica la asamblea de “ilegal” por haberle impedido usar los votos de Simon Fiduciaria “basándose en una interpretación de la ley italiana sobre los medios de comunicación que es contraria al Tratado de la UE”.

Los de Vivendi se refieren a la decisión de la Justicia italiana por la que el grupo francés fue obligado a desprenderse de los derechos políticos del grueso de su inversión en Mediaset por una hipotética situación de dominancia del mercado. Unos argumentos que nacen del hecho de que la gala también es dueña de un 24% del capital de Telecom Italia. Por si fuera poco, el comunicado abunda en la defensa de que la fusión no crea valor más allá de cierto ahorro de costes porque “su propósito y efecto es otorgar a Fininvest [el brazo inversor de los Berlusconi] el poder permanente de nombrar a todos los directores de MFE”.

El trámite en Madrid ha sido más sencillo, puesto que aquí la aprobación de la fusión solo requería de mayoría simple y la actual matriz italiana del grupo, cuyo sentido de voto solo responde al criterio de los Berlusconi, es dueña de un 50,21% de las acciones negociadas en Madrid. No obstante, Vivendi ha sorprendido al aparecer en la asamblea como titular de un 1% de la compañía.

¿QUÉ HARÁ AHORA VIVENDI?

Ahora, la gran duda está en cuál será el futuro de la abultada participación de Vivendi. Mientras que desde la cúpula de Mediaset se ha defendido que seguirán en el capital de la futura MFE, en el mercado abundan las dudas sobre este extremo. Sin embargo, el grupo italiano ha defendido una vez más que cuenta con inversores dispuestos a tomar el relevo de los franceses, un mecanismo que pondría a salvo la concentración, ya que evitaría la recompra de acciones a la que el holding se ha comprometido a razón de 2,77 euros por cada título italiano y 6,54 euros por los españoles. Algo que habrá que solicitar en los 15 días siguientes al registro de las actas de las respectivas juntas de accionistas.

Una vez se registren las actas de las respectivas juntas, los 'díscolos' tendrán 15 días para solicitar la recompra de sus acciones por el grupo o un tercero que este designe

Si estos supuestos inversores no estuvieran dispuestos a asumir el desembolso comprometido o resultaran ser solo una argucia de los Berlusconi, la operación volvería a quedar en el aire. En primer lugar, porque Mediaset solo está dispuesta a desembolsar un máximo de 180 millones de euros en la recompra de títulos a accionistas ‘díscolos’ que se opongan a la fusión o no hayan acudido a las respectivas juntas. Y solo el paquete de Vivendi alcanzaría una valoración de más de 900 milllones. Además, el grupo francés ya ha anunciado que está dispuesto a mantener el pulso judicial incluso con independencia de lo anterior y los tribunales tendrían la capacidad de llegar a decretar el bloqueo de la fusión.

En el mejor de los casos, el grupo francés podría optar por buscar de primera mano a su propio relevo o vender en el mercado, algo que parece poco probable porque le reportaría menores ingresos. Un punto que también destacan los analistas que han analizado la operación desde el prisma de los accionistas de Mediaset España, a los que recomiendan no solicitar la recompra de títulos ni vender en el mercado por el bajo precio que en ambos casos se les ofrece. Así, aconsejan esperar acontecimientos porque a falta de atractivo financiero, la operación implica un considerable potencial para plantar cara a las nuevas plataformas audiovisuales digitales.

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