El gasto en el recibo de la luz es una de las tantas facturas a las que los españoles deben enfrentarse en su vida cotidiana. En épocas como el verano, en el que el aire acondicionado es de uso casi constante para muchos, el consumo se dispara y la cantidad a pagar asusta especialmente.

Esa factura podría ser más reducida si los españoles ponen en práctica ciertas técnicas y consejos en su consumo energético. Según los datos de la compañía eléctrica Lucera, el 90% de los españoles podría ahorrar una media de casi 70 euros al año si tuviera toda la información sobre su consumo y aplicara cambios mínimos para aumentar su eficiencia energética. 

Emilio Bravo, CEO de Lucera, explica que existen dos maneras básicas de reducir el importe a abonar. La primera de ellas está relacionada con optimizar los contratos con la empresa que suministra la energía. En este sentido, se puede adoptar tres medidas diferentes que ayudarán a pagar solo por lo que se necesita.

El contrato, visto con lupa

La primera de ellas es ajustar la potencia. Esto es, la cantidad máxima de consumo por hora, que indica cuántos aparatos y electrodomésticos se pueden enchufar a la vez en los hogares. Es muy habitual contratar una potencia mayor de la que realmente se necesita.

Lucera recomienda una potencia máxima de 10 kilovatios (kW)  para pisos y casas que tengan un tamaño pequeño o medio, variando el función del número de aparatos que deseemos conectar simultáneamente, y entre 10 y 15 kW por hora para viviendas grandes, como pueden ser los chalés o ciertos adosados, teniendo en cuenta el criterio antes mencionado.

El segundo consejo para ahorrar es la tarifa de discriminación horaria. La mayoría de las compañías eléctricas tienen un horario, conocido como periodo punta, en el que la energía es más cara del precio normal, y otro, conocido como periodo valle, en el que la luz es hasta un 50% más asequible. El periodo punta suele ser de 12 a 22 en invierno y de 13 a 23 en verano, siendo el resto del tiempo periodo valle.

Con esta tarifa, basta con utilizar los electrodomésticos de mayor consumo, como lavavajillas o lavadora, dentro del periodo valle para experimentar un ahorro notable. Sin embargo, no muchos conocen la existencia de este tipo de tarifas, y aunque en algunos casos está incluida en los contratos, pocos la aprovechan porque desconocen tenerla. Según cálculos de Lucera, hasta 25 millones de hogares españoles podrían beneficiarse de esta reducción.

La tercera es una 'treta' de las compañías eléctricas, que se aprovechan de que numerosos usuarios no entienden las facturas. Así, incluyen en ellas el cobro de servicios adicionales e innecesarios, como el mantenimiento de las instalaciones o un seguro de impago. Por ello, Lucera aconseja revisar si se tienen contratado algunos de estos servicios y dar de baja aquellos que no se desean para ahorrarse lo que cuestan.

Eficientes y ahorradores

Bravo explica que, además de revisar el contrato para evitar los problemas mencionados anteriormente, también existen trucos que permiten ser más eficientes e incrementar el ahorro en el consumo diario.

En verano, el aire acondicionado se convierte en un aliado para combatir las altas temperaturas. Sin embargo, es uno de los aparatos que mayor consumo energético genera. Por suerte para aquellos que lo utilizan en sus casas, estar frescos no es incompatible con ahorrar.

El CEO de Lucera comenta que uno de los mejores trucos para hacer frente al calor sin gastar demasiado es ventilar la casa en las horas de mayor frescor, como la noche o temprano por las mañanas. También el uso de toldos en las ventanas, evitando que la luz solar entre y caliente el hogar.

Asimismo, tener el aire acondicionado a una temperatura baja dispara el consumo entre un 8 y un 10% por cada dos grados. "Se puede estar cómodo con una temperatura de 20º, y ahorrarás más que si lo pones a 16º", afirma Bravo. Usar ropa fresca dentro del hogar es otro punto a tener en cuenta.

Evitar el consumo fantasma

El ahorro de los hogares tiene un enemigo silencioso, pero dañino. Se trata del "consumo fantasma", como lo define Bravo. Esto es, aparatos que están conectados durante todo el día y que, aunque tienen un consumo diario pequeño, al extenderse en el tiempo sí que implican un mayor gasto.

Aparatos como el router del WiFi, la televisión, cargadores móviles o la videoconsola, entre otros, están enchufados a la corriente y consumiendo energía de forma constante. Una manera de apreciarlo es, a la hora de acostarse, apagar las luces y observar como permanecen encendidos decenas de pequeños pilotos de estos artilugios. 

Esta costumbre tan común puede suponer un gasto aproximado de unos 20-24 euros anuales solo por el tiempo que no están en uso, con su consiguiente derroche energético y su reflejo en la factura de la luz. "El problema es que no se puede apreciar visualmente el exceso de gasto energético, pero sí vemos cuando hemos derrochado agua", apunta Bravo.

Un aliado eficaz en esta lucha por la eficiencia y el ahorro son las regletas o ladrones, que permiten enchufar varios aparatos al mismo tiempo y apagarlos todos a la vez con un solo botón. Existen versiones inteligentes, que informan del consumo que hacen los dispositivos conectados y permite desconectarlos aunque se esté fuera de casa. Su precio ronda los 18 euros, por lo que la inversión se amortizaría en apenas un año.

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