Los sindicatos han alcanzado un acuerdo con Alcoa para la venta de las plantas de Avilés y A Coruña al fondo suizo Parter, según ha asegurado este viernes el secretario general de Industria y de la Pyme, Raúl Blanco.

Blanco, en declaraciones a la cadena SER y a RNE recogidas por Europa Press, ha explicado que no se cerrará ninguna de las dos plantas ni se perderá ningún empleo.

"El inversor garantiza el 100% del empleo y la apertura de las dos plantas. Habrá un futuro industrial para las 600 familias pendientes", ha asegurado Blanco, que ha expresado su satisfacción por la consecución esta madrugada de un acuerdo tras 12 horas de reunión y meses de negociaciones y movilizaciones sindicales.

Blanco ha afirmado además que la voluntad de Parter es ir más allá de los 24 meses acordados hasta ahora para la apertura de las dos plantas.

No obstante, ha precisado que si Parter no consigue presentar las garantías que le pide Alcoa antes del 31 de julio, "se ejecutaría el expediente de regulación de empleo (ERE), una opción que, según ha dicho, ahora mismo "no se contempla".

Nueve meses de negociaciones

"Hemos pasado en nueve meses de una decisión de cierre a una decisión de futuro industrial, con toda la prudencia de que a 31 de julio puedan estar presentadas las garantías que pide la empresa al inversor", ha indicado Blanco.

Los sindicatos de Alcoa y la multinacional del acero se emplazaron a una reunión este jueves por la tarde tras negarse los representantes sindicales unas horas antes a firmar el principio de acuerdo para la venta de las plantas de A Coruña y Avilés al fondo suizo Parter por no haber participado en el diseño de las condiciones de venta.

La reunión se ha alargado hasta la madrugada, pero finalmente las partes han logrado alcanzar un acuerdo con el que, en principio, finaliza un conflicto que ha durado nueve meses y ha tenido en vilo a 600 familias.

Los motivos que daba Alcoa para el cierre de estas dos plantas eran las pérdidas que presentaban por su "menor capacidad de producción, una tecnología menos eficiente y elevados costes fijos", unidos a factores externos de mercado, como la "sobrecapacidad de producción de China", el elevado precio de las materias primas y el coste de la energía. Alcoa estimaba que el cierre de las plantas de Avilés y A Coruña podría generar mejoras organizativas manteniendo la producción en una sola planta en España, la de San Ciprián, también en Galicia.

A mediados de enero la empresa y los sindicatos alcanzaban "in extremis" un preacuerdo en las negociaciones del ERE para las plantas de Avilés (Asturias) y La Coruña que incluía un plazo de seis meses para hallar un posible inversor, aunque posteriormente este plazo se amplía hasta el 31 de julio.

Surgieron dos inversores: el fondo suizo Parter y el alemán Quantum, pero Alcoa eligió al primero porque ofrecía oportunidades de futuro para las dos plantas y se comprometía a mantener los puestos de trabajo al menos durante dos años.

La multinacional estadounidense condicionó la firma de la venta a Parter a que se presentaran las garantías financieras necesarias por parte del fondo suizo antes del 31 de julio.

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