En un contexto en el que cada vez más personas utilizan plataformas digitales para solicitar bienes y servicios, tales como encargar comida a domicilio o contratar un servicio de limpieza, no debemos obviar la aparición de una red de profesionales que satisfacen esas necesidades trabajando bajo demanda: los repartidores o riders, como ya se nos conoce. Estas plataformas han transformado la forma en la que entendemos conceptos como el trabajo, presentándonos nuevas formas de trabajar que permiten satisfacer las necesidades de esos clientes que gestionan su vida y tiempo a través de estas apps.

Si la forma de comprar de los consumidores está cambiando hacia un modelo más flexible, donde la libertad de elección que ofrece la tecnología es primordial, cabe pensar que los “trabajadores de plataforma” contemos también con un modelo de trabajo reconocido, que se adapte a las circunstancias de cada pedido y a las nuestras propias, y nos permita elegir cuándo, dónde y cómo queremos trabajar.

Los riders nos hemos visto involucrados en una polémica estéril sobre nuestras condiciones laborales o nuestro estatus como trabajadores asalariados o autónomos, en la que se han escuchado muchas voces menos la nuestra. Flaco favor nos hacen quienes vinculan nuestro deseo de trabajar de forma flexible con una supuesta precarización laboral, cuando colaborando con estas plataformas tenemos libertad de elección a la hora de trabajar, percibiendo una retribución por encima del salario mínimo interprofesional y otros beneficios, aunque desde luego no todos los que nos gustarían.

Desde Asoriders, la principal y mayor asociación de riders repartidores de España, hemos manifestado nuestro deseo de compaginar las libertades que conlleva nuestro estatus de autónomos con más protecciones sociales. No queremos renunciar a un modelo de trabajo por cuenta propia que en España cuenta con 3,2 millones de trabajadores y atrae a 137 personas cada día según la Asociación de Trabajadores por cuenta propia ATA, modelo necesario además para dar respuesta a esa economía bajo demanda, pero queremos que este trabajo flexible y autónomo se equilibre con mayor seguridad y más derechos.

Como parte implicada, no creemos que la solución a esta problemática sea nuestra reclasificación como asalariados. Queremos una legislación actualizada a las nuevas realidades sociales que contemple este nuevo modelo de trabajo. No olvidemos que la mayoría de nosotros vemos esta actividad como una manera flexible de generar ingresos trabajando de media 25 o 30 horas a la semana. Esta flexibilidad nos permite compaginar esta actividad con el cuidado de personas dependientes, con nuestros estudios, o con otras actividades por cuenta ajena, permitiendo obtener unos ingresos extra.

En ese sentido, creemos que el modelo de colaboración como autónomos económicamente dependientes o TRADE es un buen punto de partida para que las compañías con las que colaboramos puedan ofrecernos más beneficios y protección sin correr el riesgo de que se nos reclasifique como asalariados y perdamos la libertad de elección actual, que es el motivo principal por el que hemos escogido esta actividad. No obstante, nos resulta imprescindible actualizar esta figura y para que se puedan beneficiar de la misma más repartidores, reduciendo el umbral de dependencia económica de un único pagador, que actualmente está en un 75% de los ingresos de un autónomo.

Adicionalmente requerimos unas cuotas de autónomo de la Seguridad Social más flexibles, permitiendo un pago acorde a los ingresos reales de cada trabajador, dando así la oportunidad a que podamos escoger esta modalidad como la principal fuente de ingresos, o como un trabajo que nos permita completar nuestras ganancias.

Estos son solo dos ejemplos de las medidas que creemos efectivas para conseguir que cada vez más gente pueda compaginar una forma de trabajar flexible como autónomos con los beneficios y seguridad que todo trabajador merece. Tanto los repartidores como las compañías, los partidos políticos y los sindicatos, debemos compartir un espacio de diálogo para encontrar soluciones que nos permitan a los riders trabajar como queremos, alejándonos de las incertidumbres judiciales actuales, que no benefician a nadie.

Estar del lado de los trabajadores es el punto de partida correcto cuando se piensa en nuevas políticas laborales, y este es el tipo de debate que deberíamos mantener todas las partes implicadas. El futuro de los riders pasa por trabajar bajo un marco regulatorio que proteja la flexibilidad y autonomía que queremos, pudiendo además contar con los beneficios que las compañías quieran ofrecernos, como seguros, baja por enfermedad o incluso formación, y desde Asoriders seguiremos trabajando por hacer esta realidad posible.

Héctor Merino es Presidente de la asociación de riders mensajeros, Asoriders