La presidenta del Santander, Ana Botín, ha querido anticiparse a los 8-M del futuro, ha citado un estudio del FMI que señala que los robots "vienen a ocupar los puestos de trabajo que hoy ocupan las mujeres en mayor porcentaje" y se ha preguntado si la inteligencia artificial es machista.

Botín, con motivo del Día Internacional de la Mujer, y desde Estados Unidos, ha prevenido sobre los riesgos del futuro para las mujeres. Si hoy tememos en general el impacto de la inteligencia artificial y la robótica sobre el empleo, todo apunta a que las mujeres pueden llevarse, otra vez, la peor parte. 

Según un nuevo estudio del FMI, como las mujeres ocupan puestos con tareas más rutinarias, las que mejor hacen las máquinas, tienen más posibilidades de quedarse sin trabajo en el futuro. Esto se debe a que, a pesar de que las mujeres se han incorporado masivamente al mundo del empleo, son mayoría en los trabajos más rutinarios y menos cualificados. En cambio, sólo el 1% de las profesiones liberales y de los puestos directivos corren peligro de ser automatizados. 

Botín advierte de que el grupo con peores perspectivas es el de mujeres con educación secundaria obligatoria o inferior. 

Una nueva esperanza

Sin embargo, en un texto publicado en su perfil de LinkedIn, también advierte de que hay que fijarse en los nuevos trabajos. Cita los estudios de David Heming, de la Universidad de Harvard, que ha estudiado cómo entre 1980 y 2012 los empleos con mucha interacción social crecieron un 12% en EEUU. "Sorprendentemente, además, los puestos muy matemáticos pero poco sociales se redujeron un 3,3%". 

"Las habilidades sociales, más habituales en las mujeres, son cada vez más importantes en los puestos mejor remunerados y el cambio tecnológico trae una mayor demanda de este tipo de habilidades sociales en el empleo", destaca. 

De este modo, pinta un panorama menos sombrío para las mujeres del que parece, dado que hay sectores en crecimiento "donde el 'corazón', que podríamos llamar también empatía, es importante. Especialmente ahora que el envejecimiento es uno de los principales desafíos de los países desarrollados".

Acabar con el término 'soft skills'

Sin embargo, Botín advierte de que pese al buen futuro de los puestos relacionados con enfermería y salud, y que las máquinas son incapaces de hacer por nosotros, muchos de ellos están hoy peor pagados y deben ser mejor valorados. Así, aboga por eliminar del lenguaje términos como soft skills, ya que normalmente tienen una connotación negativa y se asocian con feminidad y falta de rigor. 

En este sentido, a pesar de que a menudo ha pedido a las mujeres "dar un paso al frente" o "ser más asertivas", "también debería haber cada vez más espacios para escuchar, fomentar la comunicación y preocuparse por los demás, también para los hombres". 

Para la presidencia del Santander, los valores humanísticos, la empatía, la colaboración activa y el respeto son esenciales para empleos básicos en el sector servicios, "pero también para todos los directivos y los trabajos altamente cualificados" y "serán lo que realmente nos diferencie de las máquinas". 

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