La maquinaria está en marcha en Natra y amenaza con atropellar a los minoritarios. Mientras siguen sin organizarse para evitar la exclusión bursátil de la chocolatera valenciana a precio de saldo, este viernes se cierra una ventana clave de canje de bonos. Después de la conversión, como mucho y en el mejor de los casos, los pequeños accionistas quedarán reducidos a un 31% del capital social de la todavía cotizada.

Los accionistas minoritarios de Natra suman actualmente un 79,3% del capital social de la compañía valenciana. Un paquete que se compone de 47,5 millones de acciones, según datos deducibles de los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). De este montante, solo los dueños de apenas ocho millones de títulos han sido capaces de unir fuerzas en contra de una opa que se ha formulado a un precio más bajo de lo que marcaban las acciones de la valenciana en el momento de comunicar la operación.

El tiempo apremia, pues tan pronto como se haga recuento de los bonistas que han solicitado la conversión de sus obligaciones de deuda en acciones y éstas sean admitidas a negociación, su peso quedará reducido a menos de un tercio de su capital. Y la experiencia dice que este proceso podría estar resuelto en apenas dos semanas. Casi coincidiendo con la fecha límite para que los Bonomi formalicen su oferta por Natra a través de la firma inversora Investindustrial.

DOS FONDOS A LA CAZA DE LLUVIAS DE MILLONES

La fuerte dilución a la que serán sometidos los actuales inversores del grupo, y especialmente los de menor tamaño, se debe a que algunos de los antiguos acreedores de la valenciana se han comprometido a solicitar el canje de bonos para acudir con las nuevas acciones a la opa y asegurar así el éxito de la operación. Solo para estos cuatro (Kington, Sherston, Deutsche Bank y Banco Sabadell) se emitirán 91,2 millones de nuevas acciones. Un volumen que equivale a un 152% del actual capital social de Natra.

Mientras los pequeños inversores siguen sin fijar una estrategia o representación común que haga valer sus derechos en la operación para provocar una oferta más generosa o evitar la exclusión forzosa de bolsa, otros van tomando posiciones a la espera de la lluvia de millones. El caso más paradigmático es el del fondo Oddo BHF, que ha incrementado su peso en la valenciana hasta un 4,7% de su actual capital mientras se ha reforzado también en el capital de la opada Telepizza.

Los últimos en sumarse al baile de participaciones de Natra han sido los gestores de Esfera Capital. A través de su fondo Yosemite Absolute Return (que a lo largo del año pasado duplicó tamaño en partícipes y patrimonio gestionado, según datos de Inverco) han tomado un 1,03% de la chocolatera que muy pronto, y de nuevo en el mejor de los mundos, podría quedar reducido a un testimonial 0,4%. Este mismo vehículo ha tenido a lo largo de los últimos meses posiciones en otras compañías opadas y jubiladas de bolsa como Saeta Yield, Hispania, Europac, y Abertis.

El fondo de Esfera Capital que se ha hecho con un 1% de Natra también ha tenido en cartera otras compañías opadas y excluidas de bolsa como Saeta, Hispania, Abertis y Europac.

Con las cifras que arroja la inminente conversión a la que se han comprometido a acudir los antiguos acreedores ya mencionados, ni siquiera los actuales accionistas relevantes de Natra serían suficientes para frenar una exclusión forzosa del parqué. Si bien ahora Esfera, Oddo BHF y los consejeros accionistas acumulan un 20,7% del capital de la valenciana, tras el canje de las obligaciones de deuda los 12,4 millones de acciones que ahora suman conjuntamente pasarían a representar solo un 8,2%. A casi dos puntos porcentuales del 10% que, como mínimo, la ley española contempla para que no se puedan ejecutar compraventas forzosas de acciones.

La confusión que ha generado la coincidencia del periodo de preparación de la opa con el cierre de la ventana de canje abierta ya el pasado diciembre ha sido tan importante que Natra ha remitido un hecho relevante a la CNMV. En él se explica que los que vendan sus obligaciones a Investindustrial no cobrarán los intereses generados desde su emisión en enero de 2016, los que las aguanten en cartera seguirán como hasta ahora y los que acepten el canje recibirán los intereses generados hasta la fecha para luego poder mantener o vender sus nuevas acciones, ya sea adhiriéndose a la oferta o en el mercado.

Ahora, la gran duda de los pequeños inversores se convierte en dos. En primer lugar, cuántos bonistas acudirán a este canje que provoca su drástica dilución más allá de los antiguos acreedores que se han comprometido a aceptar los 0,9 euros por acción de los Bonomi. Esto se debe a que un 7,88% de las obligaciones emitidas por Natra que pueden escoger entre las tres opciones señaladas no forman parte de la cartera de los cuatro que han asegurado su canje y venta a Investindustrial.

A LA ESPERA DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN

La segunda incógnita por resolver es si los accionistas históricos de relevancia y los fondos recién llegados estarán por asegurarse la venta en la opa o aguantar posiciones y buscar un mayor rendimiento con la permanencia del valor en bolsa. Mientras que los inversores más recientes pueden arañar algo de rentabilidad con la venta a los Bonomi, la desinversión no tiene tantas ventajas para Pedro Fernando del Castillo (Casticapital) y Manuel Moreno (Carafal).

El consejo de administración de Natra ya habría comenzado el proceso de contratación de dos asesores externos para emitir su opinión sobre la opa lo antes posible

El último de este grupo hacia los que miran los minoritarios es actualmente dueño de un 9,96% de Natra (un 3,95% tras la conversión mínima que se cierra este viernes) y además miembro del consejo de administración de la compañía en calidad de dominical.

Este órgano de gobierno ha manifestado su intención de no decantarse por opción alguna hasta que la oferta no sea formal y reciba el visto bueno de la CNMV, lo que Investindustrial se ha comprometido a conseguir antes del próximo agosto. Mientras tanto, no se cierra la puerta a la venta, pues fuentes familiarizadas con la operación señalan que ya se está moviendo la contratación de dos asesores externos para que valoren la conveniencia de aceptar la opa y facilitar la jubilación de Natra en bolsa o de resistir para intentar aglutinar el mínimo 10% exigido y procurar que la cotización de la compañía refleje la mejora de negocio que prevé su recién presentado plan estratégico.

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