“¿Que no me atrevo a poner 5G en el móvil? Sujétame el cubata”, es la frase que bien pudo haber dicho alguien en AT&T antes de empezar a meter en los teléfonos de algunos de sus usuarios, junto a la barra de la batería, la expresión “5G E”. 

Se trataba de una forma de, supuestamente, poner en valor la nueva tecnología, pero que no demuestra más que una cosa: como el 5G puede ser buen márketing hay operadoras que no están dispuestas a esperar a los millonarios despliegues que les toca realizar antes de empezar a lanzar este cebo al estanque. 

La tecnología 5G está lejos de llegar, y tanto el CES de Las Vegas como el Mobile World Congress de Barcelona que se celebra a finales de febrero serán momentos maravillosos para practicar el postureo a escala sideral y hacer crecer las expectativas sobre una tecnología revolucionaria pero que, seamos sinceros, aún no tenemos del todo claro qué diablos revolucionará. La diferencia es que la mayor parte de las compañías tiene vergüenza.

El truco de AT&T se basa en decir que la E que va después de 5G es de ‘Evolution’, aprovechando que, efectivamente, operadores de todo el mundo están utilizando características del estándar 5G en sus antenas 4G. Alguien en la operadora estadounidense habrá pensado que, ya puestos, lo mismo es decir 4G+ que 5G E. Pero si mi hija intenta convencerme de que ha sacado Sobresaliente Evolution porque en sus notas pone Notable+, está apañada. 

En un comunicado, el responsable técnico de Verizon, Kyle Malady, le tiró una pulla a su rival al señalar que aunque el potencial de 5G “es increíble” y puede servir para desarrollar tecnologías como la inteligencia artificial, la realidad virtual y el Internet de las Cosas (IoT), los operadores deben resistir la tentación de “exagerar y no rendir” tecnológicamente.

“Si los proveedores de red, fabricantes de equipos y de terminales, desarrolladores de aplicaciones y otros actores del ecosistema llevan a cabo comportamientos ideados para confundir a propósito a los consumidores, oficiales públicos y a la comunidad de inversores, corremos el riesgo de alienar a la gente que queremos que se una al desarrollo y perjudicar esta nueva e ilusionante tecnología”, lamentó. 

Yoigo, unos benditos

El truco de AT&T hace que en Yoigo parezcan hermanitas de la caridad. Cuando empezaba a despegar la tecnología 4G, la entonces filial de Telia hizo una buena campaña de márketing presumiendo de tener una nueva red. Era cierto, sí, aunque la 4G de Yoigo era en una banda de frecuencias menos que idónea. 

Esto supuso problemas para el sector, que se lanzó a hacer lo mismo y perdió una baza importante en la negociación con el Gobierno para liberar lo antes posible las bandas de frecuencias de 800 MHz, mucho más ventajosas. Tanto es así que, preguntado sobre estas frecuencias, el exministro de Industria popular, José Manuel Soria, se burlaba de los periodistas (o, concretamente, de quien suscribe), al responder a esta cuestión: “Si ya tenemos 4G, ¿no lo ve en las marquesinas?”. 

“Verizon asume hoy este compromiso: no cogeremos un teléfono viejo y nos limitaremos a cambiar el software para convertir el 4 en la barra de notificaciones en un 5”, dijo Malady. 

T-Mobile se burló también de la competencia en un tuit que rezaba: “No sabíamos que era tan fácil, espera que vamos a actualizar”, señaló en su cuenta de Twitter. Un mensaje acompañado por el vídeo de un usuario pegando una pegatina ‘9G’ sobre la pantalla de su teléfono inteligente.