El brexit representa un desafío para algunos operadores europeos. Una de las empresas que más puede sufrir las consecuencias de una salida dura, como se sabe desde hace tiempo, es Iberia. Si quiere seguir operando en el mercado europeo deberá demostrar que más de la mitad de su accionariado es comunitario y que este controla la empresa. Iberia ha movido los hilos, pero Bruselas no termina de creerse el plan

Según ha publicado el Financial Times, un alto funcionario de la UE afirmó que no ve una solución al problema de Iberia en caso de que se lleve a cabo un brexit duro. 

La situación puede truncar los planes del grupo, por lo que mantiene que la aerolínea es española. Según este, los derechos económicos son de IAG como resultado de la fusión, pero los votos se reparten entre la matriz (49,9%) y Garanair (50,01%), sociedad propiedad al 100% de El Corte Inglés.

Esta falta de confianza por parte de la Unión Europea pondría en jaque a Iberia y su estrategia. Según informa, la táctica de IAG para mantener los derechos de operaciones pasa por enfatizar que sus aerolíneas individuales más importantes son de propiedad nacional, que posee derechos de voto, y que por lo tanto cumpliría con los criterios de "propiedad y control" del bloque.  

Cómo está la situación

Faltan dos meses para que el Reino Unido abandone la Unión Europea y la próxima semana, Theresa May llevará al Parlamento el pacto de salida para someterlo a votación. De ese resultado, de si el brexit se llevará a cabo por el camino fácil o duro, dependerá el futuro de las aerolíneas cuya propiedad se encuentra dividida entre Reino Unido y países comunitarios.

En caso de que Reino Unido abandone el próximo 29 de marzo la Unión Europea por el camino menos favorable, Iberia sólo podrá operar vuelos entre Madrid y Londres o Barcelona y Manchester y perdería todas las rutas que tiene dentro de España. Otra opción es que la aerolínea compre su parte a los accionistas no pertenecientes a la UE.