Bruselas

La Unión Europea ha aprobado nuevos objetivos de reducción de emisiones de CO2 para coches y furgonetas que la industria automovilística considera "totalmente irrealizables" y "basados únicamente en motivos políticos, sin tener en cuenta las realidades tecnológicas y socioeconómicas".

La nueva norma obliga a los fabricantes a recortar las emisiones de los coches nuevos un 37,5% y las de las furgonetas un 31% de aquí a 2030. En ambos casos se exige una meta volante intermedia del 15% en 2025. "Estos objetivos de CO2 extremadamente ambiciosos tendrán un impacto seísmico en el empleo", ha dicho la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA).

La tramitación de la norma ha enfrentado durante meses a dos grandes bloques en la UE. Por un lado, Alemania y los países del Este exigían suavizar los recortes por miedo al impacto sobre la competitividad de la industria europea y el empleo en el sector. Alemania es el principal fabricante de coches de la UE y produce además los más grandes y contaminantes. Por otro lado, la Eurocámara y Francia y los países nórdicos reclamaban aumentar la ambición para poder cumplir el acuerdo de París de lucha contra el cambio climático.

Desde la llegada al Gobierno de Pedro Sánchez, España ha mantenido una posición intermedia, más cerca que de la ambición ecológica de Francia que del proteccionismo de Alemania. Nuestro país es el segundo fabricantes de coches en la UE y el sector representa el 12% del PIB. La ministra de Medio Ambiente, Teresa Ribera, reclamaba un  equilibrio para conjugar la lucha contra el cambio climático con una transición más suave para la industria.

Al final se ha llegado a un compromiso de mínimos que no acaba de convencer a nadie. El comisario de Energía, Miguel Arias Cañete, propuso inicialmente una meta del 30%. La Eurocámara la elevó hasta el 40%, mientras que los Gobiernos de la UE volvieron a rebajarla al 35%. El recorte definitivo, acordado el lunes por la noche entre la Eurocámara y los 28, se queda en el 37,5%, junto a medio camino entre lo que pedían ambas instituciones.

Un tercio de coches eléctricos en  2030

"Con estos ambiciosos objetivos, Europa demuestra de nuevo como convertir el Acuerdo de París en hechos", ha celebrado Cañete tras conocerse el acuerdo.

En contraste, la industria cree que "estos objetivos serán extremadamente exigentes para la industria europea. "De hecho, exigirán una penetración en el mercado de los coches eléctricos y de otros tipos de vehículos limpios mucho más fuerte que la que actualmente se está demostrando posible", ha dicho el secretario general de ACEA, Erik Jonnaert. Los fabricantes denuncian además que aún hay trabas que frenan el despegue del coche eléctrico, como los precios o la falta de infraestructuras de recarga.

Sin embargo, la asociación ecologista Transporte y Medio Ambiente, considera que estos objetivos son insuficientes para cumplir el acuerdo de París. "Europa cambia a una marcha superior en la carrera para producir coches de cero emisiones. La nueva ley significa que para 2030 un tercio de los coches nuevos serán eléctricos o de hidrógeno. Esto es un progreso, pero no suficiente para alcanzar nuestros objetivos climáticos", ha dicho el director de la ONG, Greg Archer.

La nueva norma todavía debe ser ratificada por el pleno de la Eurocámara y los Gobiernos de los 28 ante de entrar en vigor. Pero en la práctica, el acuerdo alcanzado entre el Parlamento y la presidencia austriaca de la UE supone ya el final del debate.

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