Las quinielas le daban cabida casi de refilón, pero al final Ence se ha llevado el gato al agua. La segunda papelera más capitalizada de la bolsa española irrumpirá el 24 de diciembre en un Ibex 35 del que formó parte hace dos décadas. Llegará al índice con un ambicioso plan de expansión sobre la mesa que pasa por una apuesta creciente por las energías verdes para complementar sus negocios tradicionales.

En lo que va de año, la empresa con sede en Madrid acumula una revalorización del 1,7%. Y eso que, desde sus máximos anuales e históricos, alcanzados el pasado octubre, ha bajado un 37%. Actualmente, su valor de mercado ronda los 1.300 millones de euros, una marca solo superada en el sector por Europac, pendiente de la resolución de la oferta pública de adquisición (opa) que sobre sus acciones ha lanzado la británica DS Smith.

A pesar de este recorrido alcista, la gráfica del inminente nuevo miembro del Ibex 35 cuenta aún con cancha para subir. El consenso de analistas que recoge Thomson Reuters sitúa su precio objetivo en los 8,19 euros por acción, una cota que arroja un potencial del 40% frente a los 5,85 euros a los que ha llegado a cotizar este último martes tras conocerse su `ascenso¿ al Olimpo de la bolsa española. Miquel y Costas, que es la siguiente del sector en potencial revalorización, no consigue de los analistas más que una eventual ganancia del 27%.

No obstante, su reciente y pronunciada corrección ha empeorado su aspecto técnico de corto plazo. El analista Eduardo Faus, de Renta 4, no ha descartado que aunque en las próximas semanas se pueda "recuperar parte del terreno perdido", mientras que no se superen los 9 euros por acción no ve regreso a la tendencia alcista de fondo que venía marcando desde 2016. Y el experto considera que la cota señalada "ha quedado fijada por unos cuantos trimestres". Por eso, su consejo a pesar del ascenso al Ibex 35 es permanecer al margen y aprovechar rebotes para vender.

Desde Value Tree apuntan que la rebaja de objetivos para 2018 a consecuencia de "incidencias no recurrentes" y "dudas derivadas de la posible ralentización de la economía mundial" pintan como los dos principales lastres para contener su cotización. El analista Ismael de la Cruz, de Investing.com, señala que el soporte más relevante a respetar para que la caída no vaya a más se ubica en los 4,78 euros por acción, cota que tomó fuerza el pasado mes de febrero. Un retroceso hacia esta marca sin alcanzarla supondría un enérgico rebote por entrada de órdenes de compra, augura el experto.

La batuta de la compañía heredera de la antigua sociedad pública Empresa Nacional de Celulosa -de donde procede su nombre- está en manos de Juan Luis Arregui, presidente desde 2006 de un consejo de administración que cuenta con 15 asientos. Su mano derecha y brazo ejecutor es desde hace ochos años Ignacio de Colmenares, vicepresidente y consejero delegado de una compañía que lleva en bolsa desde que en 1990 se privatizó un 49% de su capital.

Hubo que esperar hasta el año 2001 para que el Estado español renunciase a participación alguna en su accionariado. A pesar de esto, Ence ha sido habitual en nutrir su consejo con destacados miembros de la administración pública encargados de materias medioambientales, el gran caballo de batalla de su negocio. Entre los que ocupan ahora los puestos de su consejo, destacan como independientes los nombres de Isabel Tocino, que fue ministra de Medio Ambiente entre 1996 y 2000, y de Carlos del Álamo, que ejerció como consejero de esta materia en la Xunta de Galicia entre los años 1997 y 2003. Como externos ejercen Fernando Abril Martorell, presidente de Indra e hijo del exvicepresidente del Gobierno con UCD, y Pedro Barato Triguero, exsecretario de la patronal agraria Asaja.

El actual presidente es además el principal accionista de Ence. Un 29,276% del capital de la compañía figura en su cartera a través de las sociedades Retos Operativos XXI SL y Turina 2000 SL. Este porcentaje coloca al directivo muy cerca del umbral del 30% en el que la regulación española obliga al lanzamiento de una opa por el 100% del capital de una cotizada.

La lista de inversores de relevancia continúa con José Ignacio Comenge, que tiene un peso del 5,685% en el capital de Ence que se construye principalmente a través de Mendibea 2002 SL. Norges Bank es el tercero en el podio, pues el fondo soberano noruego es titular de un 3,388% de los derechos de voto de la papelera, una cartera que ha actualizado con más peso para acciones y menos para instrumentos financieros en el mismo día de su designación para relevar a Dia, tal y como consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Los datos de cartera de los fondos de inversión apuntan a que sus gestores tampoco contemplaban la inclusión de Ence en el Ibex 35 entre sus escenarios más probables. En este sentido, diez instituciones sacaron a la papelera de entre sus inversiones en el tercer trimestre del año, según datos del supervisor recogidos por Jucaspe. El CS Director Growth de Credit Suisse es el más expuesto, con un 5,05% de su patrimonio.

A PUNTO DE ESTRENAR HOJA DE RUTA HACIA EL 2023

El fondo Momento España, de Gesconsult, y el Fonvalcem, de Andbank, son los siguientes de la lista con un peso del 4,7% y el 3,75% respectivamente. Para llegar a un superventas de los grandes bancos hay que alcanzar el séptimo puesto de la tabla: Liberbank Renta Variable Euro, con un 2,6%. En posición número 18 aparece el Santander Small Caps de Lola Solana, con apenas un 0,33% de su patrimonio confiado a la papelera.

La hoja de ruta con la que Ence quiere ganar negocio, capitalización en bolsa y peso en las carteras de los inversores está sobre la mesa. La puesta en marcha de este plan estratégico está prevista para este próximo 2019, con el objetivo de alcanzar el ejercicio 2023 con un Ebitda de 550 millones de euros, casi el doble que al cierre del año pasado, y un beneficio neto de 270 millones. Las llaves para conquistar estas magnitudes son dos: más eficiencia en el negocio de celulosa y una mayor apuesta por la actividad de energía.

Los productos de celulosa, verdadero negocio central de la compañía y no tanto el papel procesado, deberán aportar al grupo un beneficio bruto de explotación de 400 millones de euros. En esta división, el giro hacia la sostenibilidad ha ganado peso en medio de los problemas medioambientales a los que con frecuencia se ha tenido que enfrentar. Y que, a menudo, han provocado un considerable roto en su cotización. Uno de sus últimos avances en esta área ha sido la obtención del sello `madera justa¿ para sus materias primas.

La energía habría de alcanzar los 150 millones en cinco años. Con este objetivo, Ence ha sido recientemente noticia por haber adquirido a Iberdrola una gran planta termosolar en la localidad ciudadrealeña de Puertollano. Una operación que se ha saldado por 181,3 millones de euros y con la que pretende complementar su planta de generación de biomasa de 46 megavatios ubicada en terrenos colindantes del mismo municipio donde antes se levantaba la planta de Elcogás.

Por si ambos proyectos fueran poco ecológicos, Ence ha ampliado recientemente hasta en 69 millones de euros la financiación `verde¿ de su filial de renovables para poner en marcha la planta de biomasa, cuyo arranque está previsto para finales del año que viene. Anteriormente, la agencia Standard & Poor¿s (S&P) ya había otorgado a la compañía su mejor calificación sostenible para la línea de financiación original de 200 millones.

Los gestores de Value Tree, una de las firmas con más convencimiento inversor en el sector papepelero en los últimos años apunta que este plan estratégico es "ambicioso pero totalmente factible", en especial por la parte de la celulosa. Sin previsión de incrementos de capacidad a medio plazo, la demanda sigue siendo fuerte para sus principales productos, con incrementos de entre el 3,5% y el 5,6%. También coinciden con sus colegas de Bankinter en que la apuesta por la energía termosolar aporta una mayor diversificación y oportunidades lejos de la alta ciclicidad de su negocio tradicional.

BENEFICIOS AL ALZA Y DIVIDENDO CONSTANTE

Al cierre del tercer trimestre de este año, últimas cuentas presentadas por la compañía, el beneficio subió un 54% hasta los 91,7 millones de euros. Mientras tanto, el Ebitda del grupo se situó en 213,6 millones de euros, con un incremento del 45% frente al ejercicio anterior. El incremento alcanzó entonces al 58% en el área de celulosa gracias también a la ampliación de capacidad de su fábrica de Pontevedra en 30.000 toneladas. De cara a los próximos trimestres, la compañía espera seguir en esta senda de mejora por la apreciación de la celulosa y por la ampliación en otras 80.000 toneladas para su planta de Navia, que se espera sea efectiva para el mes de abril.

Un último reclamo para inversores es su tradición en reparto de dividendos. Precisamente a las puertas de su inclusión en el selectivo español por antonomasia repartirá 0,105 euros brutos por acción el próximo 18 de diciembre. Para hacerse con títulos con derecho a este pago que supone una rentabilidad del 1,88% sobre su precio de cotización, hay que tener acciones de la nueva del Ibex antes del cierre del día 13 del mismo mes.