Todos los grupos cotizados deberán adaptarse a la nueva normativa contable en sus cuentas consolidadas a partir del primero de enero. Un cambio de guion que provocará distorsiones significativas en cifras clave como el beneficio por acción, el apalancamiento y el resultado bruto operativo -más conocido como Ebitda-, que deberán explicarse con detalle para no provocar el caos entre la comunidad inversora.

La nueva norma internacional afecta a la contabilización de los gastos por arrendamientos. De este modo, los sectores con más recurrencia al alquiler de inmuebles, maquinaria u otro tipo de activos serán los más afectados. Marisa Pérez Puerta, socia del área de servicios de asesoría contable en KPMG, explica que por este motivo las aerolíneas, las hoteleras, las gestoras de parques renovables, las constructoras con muchos elementos de equipo en alquiler y las firmas minoristas con alquiler de espacios comerciales serán los más afectados por la entrada en vigor de NIIF 16, que son las siglas que se han asignado a la normativa.

El trabajo de adaptación a los nuevos usos contables es doble. Por descontado, las compañías a las que afecta la norma en mayor o menor medida deben tener todo a punto para el año nuevo, pero también los analistas de valores. A estos últimos les toca actualizar sus modelos de valoración y revisar sus previsiones de acuerdo con las exigencias que están por venir. Lo mismo podría ocurrir con las proyecciones de las propias compañías en planes estratégicos y objetivos multianuales, que deberán actualizarse si no han tenido en cuenta las modificaciones que se avecinan.

Desde la industria de la inversión se asegura que sus profesionales tienen los deberes más hechos que muchas compañías a las que afectará el cambio. En este sentido, fuentes del sector aseguran que sus responsables de análisis ya han sido formados en las novedades que introduce NIIF 16 y que sus modelos y herramientas de previsión ya han sido convenientemente actualizados. No obstante, y por ahora, las cifras se siguen presentando con base en la norma contable actual -aplicable hasta las cuentas de cierre anual del ejercicio en curso- para no generar confusión entre inversores y clientes.

A razón de los cambios que introduce la norma, compañías españolas como IAG, Dia, Inditex, Meliá Hotels, Sacyr oSolaria podrían verse entre las más afectadas, según diversas firmas de inversión. Su trabajo en adelante consistirá en explicar a la comunidad inversora que la subida en Ebitda y endeudamiento y la caída de los beneficios por acción no es fruto de una caída de márgenes ni de una mayor generación de deuda, sino a la redistribución de costes en los balances trimestrales.

En este sentido, para que el mercado se vaya haciendo composición del nuevo escenario, algunas compañías ya incluyen apéndices en sus cuentas trimestrales aportando el cuadro que resultaría de la aplicación de los criterios de NIIF 16. De este modo, se ayudará también a hacer la habitual comparativa interanual de cifras. Además, por este mismo motivo, se espera que todas las cotizadas a las que será de aplicación la norma acompañen un anexo a sus cuentas de cierre de este año, con independencia del impacto que efectivamente ejerza sobre sus balances.

El punto de los alquileres es clave en la nueva norma contable porque el gasto por este concepto se desplaza desde la partida de gastos de explotación a la de amortización de activos. Este es el motivo por el que se ven incrementadas referencias como el Ebitda y el Ebit y ascienden los pasivos y, por ende, el endeudamiento de la compañía. Por lo que se refiere a los beneficios, la alteración llega por el hecho de en los primeros años de vigencia de los contratos de arrendamiento deberá reconocerse una carga financiera mayor en el beneficio antes de impuestos que, con el paso del tiempo, quedará reducida por su progresiva amortización.

A pesar de estas circunstancias, Pérez Puerta señala que la clave está en la duración de los contratos de arrendamiento y la renta aplicable. Estas dos son las herramientas con las que las compañías más afectadas podrán jugar para que al cierre del primer trimestre de 2019 resulte una fotografía no muy diferente a la de este año. Ajustar plazos y cuotas, especialmente introduciendo una parte variable vinculada a las ventas o facturación generadas por el inmueble o herramienta alquilado, son la clave para este objetivo.

LOS BANCOS LLEVAN LA DELANTERA

De momento, la norma afectará solo a las cuentas consolidadas de grupos cotizados que se rigen por la normativa internacional contable, no para las empresas que se rigen por el Plan General de Contabilidad Nacional. Sin embargo, en el mercado se da por descontado que la mayoría de cotizadas adaptará sus cuentas a estas exigencias con el objetivo de ofrecer una mayor comparabilidad de cifras frente a competidores nacionales y extranjeros que sí apliquen NIIF 16, sobre todo para facilitar su presentación ante inversores y analistas internacionales.

El Ministerio de Economía y Empresa anunció este miércoles el Real Decreto que adapta las normas nacionales a los nuevos estándares internacionales. De momento, el proyecto se encuentra en audiencia pública y los cambios no se prevén forzosos para el conjunto del tejido empresarial español hasta enero de 2020. El plazo para la presentación de observaciones está abierto hasta el próximo 2 de noviembre, según consta en Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (Icac).

Un caso distinto es el de la banca, que dependiendo de la compañía suele ser también bastante intensivo en alquiler de espacios para establecer sus sucursales. En este sentido, el Banco de España obliga a todas las entidades a adoptar la norma internacional, lo que ha convertido a este sector, habituado por otra parte a constantes cambios legales y contables, en el mejor preparado para su entrada en vigor. Le sigue el de las aerolíneas, al que se señala además como origen de este cambio para poder reflejar en balance la diferencia entre flota en propiedad o en alquiler.

En otros sectores, fuentes del mercado apuntan que los efectos contables han sido identificados y calculados, pero en muchos casos queda por desplegar la tecnología y herramientas que permitan la correcta contabilización en el día a día a partir del próximo Año Nuevo. Un trimestre por delante después de dos años de preparación para llegar con los deberes hechos y no llevarse ninguna sorpresa ni asustar con cifras de consenso que se desvíen demasiado de la nueva realidad de las compañías.