La red de cajeros automáticos sigue creciendo en España. Tras siete años, los que fueron de 2009 a 2015, en los que sufrieron los rigores de la crisis y los ajustes del sector bancario, en 2016 volvieron a aumentar, en 2017 la tendencia se asentó y en el arranque de 2018 se está acelerando.

Según los datos publicados por el Banco de España (BdE), al cierre de marzo había en España 52.236 cajeros, un 5,8% más que a finales de 2017. Aunque todavía están lejos de los casi 62.000 cajeros existentes en 2008, esos más de 52.000 puntos representan un universo que no se veía desde 2013.

Su retorno alcanza una mayor dimensión si se pone en paralelo con lo que está ocurriendo con las oficinas bancarias, puesto que caminan en la dirección contraria y las entidades continúan con la poda de sus sucursales. El primer trimestre del año concluyó con 27.088 oficinas en España, casi 400 menos que a finales de 2017 y la cifra más baja desde comienzos de los años 80.

Esta diferente evolución desemboca en una proporción histórica, ya que la red de cajeros está a punto de duplicar la de oficinas por primera vez en la historia. Actualmente, hay 1,93 cajeros por oficina. Hace una década, con más de 46.000 oficinas poblando las calles de España, esa ratio se reducía a 1,3 cajeros por sucursal -ver gráfico-.

MÁS ALLÁ DE LA BANCA

El incremento del número de cajeros que recogen las estadistas del BdE responde a dos realidades. Por un lado, la necesidad de las entidades bancarias y su adaptación a las posibilidades técnicas actuales, con la disposición de más máquinas por sucursal y con la instalación de unos cajeros con mayores funcionalidades que los antiguos. Como explican desde el sector, ya no son sólo máquinas para sacar dinero, sino que la nueva generación de cajeros está equipada para ofrecer más servicios a los clientes sin que tengan que `pasar por ventanilla¿. Es decir, dentro del ajuste de capacidad en el que sigue inmerso el sector, los cajeros ocupan una nueva misión vinculada a la necesidad de aquilatar los costes en un contexto de márgenes bancarios estrechos y rentabilidades reducidas.

Y por otro, la aparición de nuevos jugadores no bancarios. Porque la proliferación de los cajeros va más allá de la banca de siempre. En los últimos años han aterrizado en España varias de las principales plataformas de cajeros más importantes del mundo, como Cardtronics -que opera en España a través de la marca CashZone- o Euronet, que están desplegando sus redes en zonas turísticas y comerciales, principalmente.

HÁGALO USTED MISMO

La expansión de la red de cajeros corre paralela al espectacular incremento de las tarjetas en circulación. Según los datos del BdE, el primer trimestre se cerró con un total de 81,1 millones de tarjetas, casi un 7% por encima de la cifra final de 2017 y un registro sin precedentes. Del conjunto, 53,8 millones corresponden a tarjetas de crédito y 27,3 millones a tarjetas de débito.

Más tarjetas que no sólo se usan para sacar dinero, sino para pagar con ellas directamente. Prolongando el 'sorpasso' visto ya en 2016, en el primer trimestre el importe de las compras ejecutadas a través de terminales de puntos de venta (tpv) alcanzó los 32.982 millones de euros, en tanto que la retirada de efectivo en los cajeros se limitó a 28.070 millones. Como consecuencia, el número de tpv también está incrementándose y finalizó marzo con 1,8 millones de aparatos, una cifra que tampoco cuenta con precedentes.

Esta combinación de más cajeros -y más reforzados- y más tarjetas encaja en un escenario tendente cada vez más al `hágalo usted mismo¿, en el que el usuario bancario posee paulatinamente más herramientas y capacidades a su alcance para realizar sus gestiones por sus propios medios sin necesidad de pisar una oficina. El despliegue de la banca `online¿ y, sobre todo, de la banca móvil y sus aplicaciones completan ese nuevo marco financiero.