Nueva York (Estados Unidos) toma la delantera en el debate mundial sobre el impacto de los vehículos con conductor en el transporte y en el sector del Taxi.

El Ayuntamiento que dirige Bill de Blasio ha aprobado este jueves un proyecto de ley que limita durante un año la emisión de nuevas licencias de VTC, las que utilizan empresas como Uber y Cabify en España, con el objetivo de estudiar en ese tiempo el impacto que tiene este servicio sobre el sistema de transportes urbano.

La medida, que sólo deja fuera a los vehículos que sean accesibles en silla de ruedas, forma parte de un paquete regulatorio que incluye el establecimiento de un salario mínimo para los conductores de los vehículos VTC, recoge Efe. El último trámite es la firma del propio De Blasio, algo para lo que ha dicho estar "ansioso".

"Nuestra ciudad se enfrenta directamente a una crisis que está llevando a los neoyorquinos trabajadores a la pobreza y nuestras calles a un estancamiento. El crecimiento sin control de las compañías de vehículos de alquiler exigía una actuación, y ahora ya está aquí. Más de 100.000 trabajadores y sus familias verán un beneficio inmediato de esta legislación", subrayó el alcalde de Nueva York en un comunicado.

Victoria del taxi y de los conductores VTC

La limitación que ha aprobado el consistorio neoyorquino es la primera iniciativa de este tipo que sale adelante en EEUU. Su impacto va ligado al hecho de que es la ciudad más poblada y de mayor relevancia para Uber, empresa que, según el propio sector del Taxi y los impulsores de la medida, ha contribuido a la congestión del tráfico y a que empeoren las condiciones laborales de los taxistas.

"No estamos reduciendo o menoscabando el número de licencias o vehículos en la carretera; estamos pausando el número de nuevas licencias en una industria a la que se ha permitido proliferar sin las comprobaciones o regulaciones apropiadas", aclaró el concejal y portavoz Corey Johnson, su principal defensor, antes del pleno.

La Alianza de Trabajadores del Taxi de Nueva York, que agrupa a unos 21.000 conductores, está a favor de las medidas del Ayuntamiento. Llevaban desde 2015 reclamando una regulación, alegando que el servicio de Uber y Lyft -otra empresa VTC-, entre otras aplicaciones de transporte, ha provocado bancarrotas y desahucios a los taxistas tradicionales.

El número de licencias VTC se ha duplicado en tres años, hasta los 130.000 vehículos, según el concejal neoyorquino Stephen T. Levin. Bajo su punto de vista, es necesario "equilibrar" un sistema en el que ya hay unos 13.500 taxis amarillos y unos 4.000 verdes que operan fuera de Manhattan.

La legislación ha recibido también el apoyo de los conductores de las aplicaciones de transporte ya que podrían ver aumentado su salario en un 22,5 %, hasta un mínimo de 17,22 dólares por hora, si se sigue un estudio que la ciudad encargó a economistas independientes.

Debate mundial

La moratoria de Nueva York sobre las licencias de VTC llega en un momento en que ciudades como Buenos Aires, Madrid, Barcelona o Londres mantienen sus propios debates sobre cómo gestionar el impacto de este servicio en sus respectivas redes de transporte.

En el caso español, la guerra abierta entre el sector del Taxi y las VTCs hizo que los de principales ciudades españolas se declararan el huelga los últimos días de julio y tensaran la cuerda en sus relaciones con el Gobierno central.

El pasado 1 de agosto, los taxistas de Madrid y Barcelona desconvocaron la huelga tras la mediación del Ministerio de Fomento y los Gobiernos autonómicos. El Ejecutivo se comprometió a facultar a las comunidades autónomas para que regulen el servicio de VTC como deseen y emplazó a esperar al 14 de septiembre para la aprobación de este cambio normativo.

En un ambiente de calma tensa, con actos violentos en uno y otro bando, el gremio del Taxi amenaza con nuevas movilizaciones "si las instituciones siguen haciendo caso omiso a nuestras peticiones".

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