En un comunicado, la farmacéutica ha subrayado que descontados los gastos en I+D en ambos ejercicios y el impacto de los gastos no recurrentes en 2018, el beneficio neto crece el 1%, hasta los 28,4 millones.

El resultado bruto de explotación (ebitda) bajó el 44% y se situó en 13,3 millones de euros, afectado por un gasto no recurrente de 2,6 millones de euros, 1,5 de ellos relacionados con "el estudio y análisis de potenciales operaciones corporativas".

Los otros 1,1 millones están vinculados a una modificación sustancial en las condiciones de trabajo de los empleados de Frosst Ibérica (compensación por la eliminación del servicio de comedor).

Las ventas del negocio de especialidades farmacéuticas repuntaron el 14 %, hasta 123,2 millones, en tanto que las correspondientes a fabricación para terceros disminuyeron el 25 % y sumaron 23 millones, lastradas por el descenso del segmento de inyectables.

Sólo por Bemiparina, la heparina de bajo peso molecular de Rovi para el tratamiento de trombosis, la farmacéutica facturó 48,3 millones de euros, el 13 % más que en el primer semestre de 2017.

Las ventas de Rovi fuera de España ascendieron a 42,6 millones de euros, el 5 % más que un año antes.