Invertia/Agencias

Durante su comparecencia en el Congreso ante la comisión que investiga la crisis financiera, Echenique ha destacado que "si no hubiéramos comprado el Popular, la estabilidad y la credibilidad del sistema financiero español se habría visto claramente afectadas".  "Nunca hubiésemos comprado Popular si no creyésemos en su base de clientes y en la plantilla del banco", ha indicado Echenique, reconociendo el "doloroso" año que han pasado los trabajadores del grupo tras el ERE que acabó con 1.100 afectados, el 70% de ellos de la plantilla del Popular.

"Lanzamos los bonos de fidelización, solo para accionistas y clientes, porque en la ampliación de capital de 2012 se colocó en la red en un 24%, una cifra muy elevada para este tipo de operaciones. En la de 2016, el porcentaje fue del 42,7%", ha recordado Echenique, insistiendo en que "los bonos de fidelización no fueron para evitar litigios, sino la base de clientes".

"Nos hemos encontrado con un banco que había perdido la confianza de los clientes. No nos hemos encontrado con ninguna joya en el cajón", ha asegurado Echenique. Pero, según ha explicado, la estrategia del Santander pasa por ganar tamaño con su propio negocio, aunque la obligación es examinar las operaciones de compra que surjan. Y entre ellas estaba el Banco Popular, "con una cuota de entre el 5% y el 6% del mercado en España y del 2% en Portugal, por lo que estudiamos la posibilidad de presentar una oferta desde mayo".

Echenique ha explicado que después de analizar los datos del Banco Popular, "la misma información" de la que disponían el resto de las entidades que acudieron a este proceso privado, en el Santander se dieron cuenta de que no podían presentar una oferta en ese proceso privado y así lo comunicaron por escrito, en referencia a las contingencias de la cartera inmobiliaria de la entidad, al elevado nivel de mora y a las hasta cuatro revisiones a la baja por parte de las agencias de calificación, unos problemas para los que "no todo el mundo tiene capacidad" de hacer frente.

De este modo renunciaron a las "ventajas estratégicas evidentes" de adquirir el Popular, entre las que se encontraba, ha destacado, ganar de mayor presencia en territorios donde la penetración del Santander era más limitadas, como Cataluña, y la cartera de autónomos y pymes.

El deterioro del banco y las dudas de una operación privada les llevaron a contemplar una solución distinta en el marco de la resolución de bancos, amparado en el reglamento europeo y en la ley española, aunque este escenario "no era ni deseable ni deseado", ha dicho. En su opinión, era una solución "pésima" para el sistema financiero, ya que es "dramático" que un banco de 140.000 millones de euros de activos, que "no podía seguir funcionando ni un día más con su ausencia de liquidez", se encuentre en esa situación.

Pero llegada la intervención de la entidad, cuya situación era "verdaderamente crítica", Echenique ha justificado que el Santander se quedara con Popular por el precio simbólico de un euro, pero ha defendido que el grupo ha actuado "con la máxima lealtad y transparencia con sus accionistas".