En concreto, la agencia de calificación ha explicado que la "mala calidad" de los activos heredados de los "malos préstamos inmobiliarios" dificulta la búsqueda de compradores.

No obstante, S&P ha destacado que un "entorno económico más benigno" ha ayudado a las entidades financieras a solucionar en gran medida este problema, así como a reducir de manera constante el ratio de deuda desde la segunda mitad de 2015.

Según los datos de la firma, el Banco Santander ha pasado de un ratio del 4,81% a un 4,54% entre el segundo semestre de 2015 y el primer trimestre de 2018. Por su parte, el BBVA, ha pasado del 6,12% al 5,05%. Las mayores reducciones se han producido en Bankia, que ha pasado de un 11,08% a un 9,01%; Banco Sabadell, que ha descendido hasta el 5,61% desde el 8,56%, y CaixaBank, cuyo ratio se ha situado en el 6,39% desde el 8,18% que alcanzó tres años antes.

Parte de esta reducción, señala S&P, se ha debido a que durante 2017 muchas entidades bancarias se dedicaron a vender sus divisiones inmobiliarias en parte o al completo a fondos de inversión, coincidiendo con la mejora de la economía y el alza de los precios de la vivienda.

Por ejemplo, BBVA vendió parte de su negocio inmobiliario a Cerberus por 4.000 millones de euros, mientras que CaixaBank cerró una transacción similar con Lone Star con una cartera de inmuebles que superaba los 7.000 millones de euros de valoración.