El pasado lunes todos los periódicos abrieron sus ediciones digitales con el nombramiento de Josep Borrell como nuevo ministro de Asuntos Exteriores; el martes por la mañana lo hicieron con la designación de Carmen Calvo como vicepresidenta y responsable de Igualdad y, por la tarde, con la llegada de Nadia Calviño a Economía. El aluvión de fichajes continuó el miércoles con la llegada de Pedro Duque, el primer astronauta español, como ministro de Ciencia, sin lugar a dudas el más aplaudido. La llegada del colaborador de EL ESPAÑOL y escritor Màxim Huerta para Cultura, fue la guinda final.

Estos nombramientos junto con la designación del resto de carteras -a cuentagotas durante toda la semana-  han conseguido que durante 72 horas se hable exclusivamente de Pedro Sánchez y de sus ministros de aplaudido perfil técnico. Un escenario completamente inesperado y con el que el Presidente de Gobierno ha logrado momentáneamente que la opinión pública olvide las críticas por no convocar elecciones y le ha situado en una suerte de luna de miel que parece no tener final.

Un escenario buscado que en ningún caso ha sido fruto de la casualidad. Cuatro expertos en comunicación política consultados por EL ESPAÑOL aseguran que estamos ante una cuidada estrategia en la que se han manejado los tiempos, se ha desviado la atención de las críticas de la moción de censura y se ha dado la información justa en el momento adecuado para transmitir los mensajes deseados. Una perfecta y, hasta el momento, exitosa planificación que da pistas respecto a cuál será el peso que tendrá la comunicación en el gobierno de Sánchez.

Sánchez anuncia la composición de su nuevo Gobierno

Desviar el foco de atención

“Estamos ante una estrategia de manual para desviar el foco de atención”, indica Fran Carrillo en conversación con este periódico. El consultor político y asesor de comunicación explica que estamos ante lo que él llama “foco paralelo de despiste”, es decir, la construcción y difusión de un mensaje claramente estudiado para que la opinión pública desvíe el foco de lo que quieren que se hable.

En el caso de Sánchez, durante toda la semana pasada se le acusó de oportunista y de intentar llegar a la Moncloa a cualquier precio, además de recibir constantes críticas por no convocar elecciones. Pero algo ha cambiado. “Desde el lunes solo se habla de sus ministros y todos nos hemos olvidado de las críticas y de las dudas respecto de su llegada, pese a que todavía no ha comenzado a gobernar”, indica Carrillo.

Una estrategia en que tampoco ha sido casual es la de la elección de los tiempos y de los nombramientos, filtrados y anunciados a diversos medios en un calendario preconcebido para ser ejecutado durante tres días, algo nunca visto hasta el momento para el nombramiento de ministros. De esta manera, “ha logrado la atención de los medios durante el mayor tiempo posible”, indica Jordi Rodríguez Virgili, profesor de comunicación política de la Universidad de Navarra.

Se decidió el orden de los anuncios

Rodríguez Virgili no solo advierte de una estrategia de “cuentagotas”, sino también de una medida planificación en la que incluso se decidió el orden de los anuncios. Según el profesor de la Unav, ninguno de los “actores principales” fue comunicado el mismo día: Borrell, Nadia Calviño y Pedro Duque, nombramientos que fueron complementados por otros menos mediáticos y no tan conocidos por el gran público. Haciendo un símil, estaríamos hablando de tres cabezas de cartel y sus respectivos acompañantes en un largo festival de música. “Cada día un golpe de efecto”, complementa Fran Carrillo.

Por su parte, Víctor Sánchez del Real, consultor y profesor de comunicación política en IE University, cree que esta batería de nombramientos escalonados se ha convertido en una verdadera minicampaña de comunicación en clave electoral. “Se han elegido nichos de satisfacción que van generando posiciones no revolucionarias, cuyo éxito radica en que van contentando a los más diversos públicos, cada uno en su área, y que además no alteran el actual equilibrio”.

De esta manera, el consultor cree que Borrell ha dado un mensaje europeísta y contrario a la independencia catalana, Carmen Calvo ha contentado a los sectores sociales, Nadia Calviño ha dado una señal de estabilidad económica a la UE y a los empresarios y Pedro Duque ha sido la gran traca final que ha sintonizado con el gran público.

Gestión de las expectativas

Pablo Herreros, socio director de Goodwill Comunicación, considera que esta cascada de nombramientos ha sido el símil perfecto para olvidar la avalancha de casos de corrupción. “Durante tres días hemos vivido una verdadera entrega de premios de la Lotería, donde los nombramientos se han dosificado muy bien”. Una “jugada maestra” en la que “este goteo de personas respetabilísimas ponen su marca personal al servicio del gobierno de Sánchez y que contrasta con las imputaciones que hace pocos día también caían en cascada”.

No obstante, la gran amenaza a esta dinámica positiva que ha instalado Sánchez en su nuevo gobierno es la gestión de las expectativas. Actualmente, todo el mundo habla bien de Sánchez y sus ministros, pero si consideramos su escaso margen en el Congreso de los Diputados para gestionar su propia agenda política, podríamos ver cómo los  ministros se quedan sin posibilidades reales de sacar adelante sus proyectos.

Para Fran Carrillo “el grado de exigencia a estas expectativas será muy alto porque se esperará mucho”, y es probable que no pueda cumplir todas estas elevadas esperanzas que se están generando en estos días. En esta línea indica que el objetivo en estos próximos dos años de una legislatura es calcular el efectismo de las decisiones, con medidas que impacten a la sociedad de manera muy vehemente, para que las valoraciones cambien en función de este efecto.

Batalla en el campo de la comunicación

Por su parte, Rodríguez Virgili cree que las expectativas están muy bajas, lo que juega a favor de Sánchez. “Hace una semana había un desconcierto en la clase política y hoy estamos ante un gobierno de gente respetable”, indica. Es verdad que hay muy poco margen de maniobra para impulsar una agenda política y un proyecto propio, pero puede dar la sorpresa y si consigue aprobar los Presupuestos y no cometer errores, puede salir adelante”.

En lo que se convertirá en una gran campaña electoral de 18 meses, Víctor Sánchez del Real cree que el gobierno de Pedro Sánchez también dará la batalla en el campo de la comunicación. “Se va a concentrar en cosas de mucho ruido para comerle el terreno a Podemos y a Ciudadanos, para lo que es muy importante este tipo de estrategias efectistas que ha seguido con los nombramientos”.

Y es que según coinciden los expertos, Sánchez es uno de los políticos que mejor maneja los tiempos de la comunicación, por lo que la manera en que se han comunicado estos nombramientos pueden sentar las bases de su Gobierno en este ámbito. Para Jordi Rodríguez, Sánchez siempre ha cuidado la comunicación. “Es consciente de la importancia estratégica y táctica de la comunicación y esto será relevante en el nuevo gobierno”. Una línea de comunicación diferenciada de la utilizada por Mariano Rajoy y más parecida a la José Luis Rodríguez Zapatero, de “contingencia estratégica más parecida al modelo presidencialista”.

Equipo de confianza

Una opinión compartida por Pablo Herreros, que indica que la estrategia de comunicación de Sánchez tiene dos características principales. Desde la imagen, donde la clave es que sus logros sean visibles, y desde el respeto, transmitiendo a la opinión pública que le importa lo que piensen los ciudadanos y los medios. Algo radicalmente diferente a lo que hacía Mariano Rajoy con sus comparecencias por plasma, o Pablo Iglesias, que en ciertas ocasiones transmite la idea de que quiere controlar los medios.

Una estrategia diseñada por su equipo de confianza y por asesores externos. Precisamente este miércoles se ha conocido que la Secretaría de Estado de Comunicación será asumida por el hasta ahora presentador de Noticias Cuatro Miguel Ángel Oliver, un puesto desde el que se definirá toda la estrategia para comunicar los mensajes del nuevo gobierno.

Durante su primera etapa como secretario general del PSOE, la principal asesora de Pedro Sánchez fue Verónica Fumanal y desde su regreso al partido y a la vida pública este puesto lo ocupa Maritcha Ruiz Mateos que a partir de ahora se encargará de la comunicación del partido.