Por Patricia Weiss

La desinversión requerida por las autoridades estadounidenses debe "alinearse estrechamente" con las ventas de activos que pide la Unión Europea, de acuerdo a una fuente cercana al compromiso entre Bayer y el Gobierno en Washington.

Makan Delrahim, quien encabeza la división antimonopolio del Departamento de Justicia, dijo que las ventas de activos acordadas con Bayer representan "la mayor desinversión jamás exigida por Estados Unidos".

En acuerdos con los reguladores en varias partes del mundo, Bayer ha accedido a desprenderse de la totalidad de sus negocios de semillas de algodón, canola, soja y otras unidades agrícolas y digitales de la industria, además de su herbicida Liberty, que compite con la marca Roundup de Monsanto.

Las ventas de activos de Bayer incluyen negocios de químicos y semillas con ingresos por 2.200 millones de euros (2.600 millones de dólares) a su rival BASF en una transacción por 7.600 millones de euros.

La compañía alemana dijo en un comunicado que esperaba que Bayer y Monsanto comiencen el proceso de integración tan pronto como se complete la venta de BASF, que se espera tome unos dos meses.

El conglomerado ya había anunciado que estaba en vías de concretar el acuerdo. Si la operación no puede cerrarse para el 14 de junio, Monsanto podría retirar su autorización a la oferta de compra y buscar un precio más alto.

Bayer ya ha conseguido la luz verde en jurisdicciones como la Unión Europea, Brasil y Rusia. Además de Estados Unidos, aún necesita la aprobación de reguladores de Canadá y México.

La semana pasada, Bayer dijo que las sinergias a partir de la fusión con Monsanto estarían unos 300 millones de dólares por debajo de su cálculo anterior porque tendrá que vender más negocios de lo previsto inicialmente.