Así lo avanza hoy en declaraciones a Efe el presidente ejecutivo de la compañía, Enric Ezquerra, quien cumplió recientemente un año al frente de la misma tras comprar la enseña junto a un grupo de inversores privados a la familia fundadora.

"Ha sido un ejercicio de transición", razona Ezquerra, cuyos datos apuntan a que la facturación de la cadena -con presencia únicamente en Madrid- creció levemente, de 35,9 a 36,1 millones de euros en 2017, un dato que considera positivo por los cierres temporales de varias de sus tiendas debido a las reformas acometidas.

Sus supermercados, señalados año tras año como los más caros de España por la asociación de consumidores OCU, continúan compitiendo en el segmento de gama alta, aunque sus nuevos dueños pretenden "rejuvenecer" la clientela y para ello apuestan por la digitalización.

El lanzamiento de una tienda para permitir hacer la compra por Internet estaba previsto para antes de Navidades de 2017, aunque finalmente su estreno se ha retrasado hasta el próximo mes de junio.