Carlos Slim, el magnate mexicano al frente de FCC con el 81% del capital (incluido el 20% de la participación de Esther Koplowitz y sus hijas, que tiene en prenda), lleva cuatro años intentando enderezar el rumbo del grupo.

Finalmente, en 2017, después de vender todo lo vendible y ajustar los gastos a todos los niveles, el grupo entraba en beneficios, para ganar 118 millones de euros, seis años después. Ahora, la convocatoria, a finales de mayo de la junta de accionistas a celebrar un mes después, pondrá de manifiesto si FCC recupera el dividendo siete años después.

No obstante, estos resultados positivos presentan algunos claroscuros. Se logran con menos ingresos, menos Ebitda y una deuda financiera que apenas se reducía, con esos 3.580 millones de euros que siguen pesando lo suyo. Una losa que, afortunadamente, para Slim se verá reducida en unos 1.000 millones con la venta del 49% de la filial Aqualia al fondo australiano IFM.

Esta operación, cerrada el pasado 16 de marzo, todavía no se podrá contabilizar al cierre del primer trimestre de 2018, al no contar con el cumplimiento de todas las condiciones requeridas en este tipo de operaciones.

A la vista de la actividad registrada en los últimos meses, los contratos, aunque de una manera más lenta de lo esperado, siguen llegando a FCC para mantener la cartera en el umbral de los 30.000 millones.

El inmobiliario, un tren que se le resiste a Slim en España

Solo un negocio, el inmobiliario, sigue dándole a Slim quebraderos de cabeza. Un tren que el magnate mexicano no está siendo capaz de coger. Ni Realia, la promotora cotizada de la que, directa e indirectamente, ostenta el 56,41%, ni la filial FCC Real Estate, están siendo protagonistas de un sector que vuelve a estar en el centro de todas las miradas.

Aunque hace ya casi un año, Gerardo Kuri, consejero delegado de Realia y hombre fuerte de Slim en la inmobiliaria, anunciaba a los accionistas que la empresa tenía en estudio “más de 20 proyectos”, lo cierto es ninguno ha llegado a cuajar.

Compra de un solar a Defensa en Alcalá de Henares

El único movimiento de calado protagonizado por Realia durante los últimos 12 meses fue la compra, a finales de 2017, de un solar al Ministerio de Defensa en la localidad madrileña de Alcalá de Henares. Slim no dudaba en tirar de chequera para pagar 27,5 millones de euros por un terreno con edificabilidad para construir 450 viviendas.

No obstante, para que que esta y otras promociones salgan adelante, Realia necesita liquidez. Algo que pasa otra vez por renegociar la deuda financiera ligada al negocio promotor.

Aunque hace dos años, Realia liquidaba con los fondos Fortress, King Sturge y Goldman Sachs 800 millones de deuda que pesaban sobre esta actividad, los últimos 183 millones fueron abonados con un préstamo concedido por CaixaBank, avalados por el propio Carlos Slim a través de Inversora Carso.

Mil y un cambios en el préstamo de CaixaBank

Posteriormente, en diciembre de 2016, Realia amortizaba a CaixaBank, de manera anticipada, 80 millones de euros, quedando reducido el préstamo, a finales de 2016, a 103,65 millones.

En abril de 2017 volvieron a cambiar las condiciones. Realia suscribía una ampliación del préstamo por 50 millones y, ya el pasado mes de diciembre, el montante de la deuda a devolver a CaixaBank se quedaba, tras amortizar 20 millones, en esos 133,65 millones que vencen el próximo 30 de junio.

No parece que vaya a haber ningún problema en renovar el préstamo, a tenor de las buenas relaciones existentes entre la entidad financiera y el empresario azteca. Slim, que fue consejero de La Caixa entre 2008 y 2011, volvía de nuevo a invertir en el banco en septiembre de 2016. Casi 100 millones de euros aportados por Inbursa -la entidad financiera controlada por Slim- en el marco de la colocación del 9,9% de las acciones de autocartera, con la que CaixaBank financiaba la compra de la entidad portuguesa BPI.

Renovación de la deuda promotora para que quede en 120 millones  

Los términos en los que Slim y CaixaBank están renegociando la renovación del préstamo pasarían por amortizar 13 millones y dejar el nuevo montante a devolver en 120 millones de euros. No habría problema alguno para firmar en el acuerdo en estos términos. En las arcas del Realia Business -que aglutina la actividad de promoción y suelo- había, a finales del pasado ejercicio, 60 millones de euros.

Con esa liquidez, Realia tendría vía libre para iniciar la promoción de Alcalá de Henares y alguna otra con posibilidades de que los números salgan adecuadamente. Mientras estas actuaciones se ponen en marcha y los ingresos se hacen efectivos, allá por el año 2021, la promotora contaba, a finales de 2017, con un 'stock' de 387 unidades (entre viviendas, locales y oficinas) terminadas y sin entregar, de las que sólo 19 estaban prevendidas.

Además, la inmobiliaria dispone de una cartera de suelo de 5,74 millones de metros cuadrados y 1,85 millones de metros cuadrados edificables, si bien sólo un 25% tienen la consideración de finalistas. Además, el 49% de esta cartera está localizada en Madrid y la zona centro.

Poner en valor FCC Real Estate, la filial que dirige un hijo de Fainé

Al margen de la reactivación de Realia, FCC también lleva dos años impulsando los activos que están bajo control de la filial Real Estate, liderada por Xavier Fainé, uno de los hijos del presidente de Fundación La Caixa.

Esta sociedad, con activos valorados más de 300 millones. El principal, un conjunto de fincas urbanizables en el localidad madrileña de Tres Cantos, con un valor en libros de unos 115 millones de euros. También cuenta con solares en las localidades barcelonesas de Badalona y Sant Joan Despí.