La recomendación de consenso en tecnológicas sigue siendo sobreponderar, pero ya solo se inclina por este consejo un 20% neto de los gestores globales de fondos, según la encuesta mundial que realiza mensualmente Bank of America - Merrill Lynch. Es el registro más bajo desde hace cinco años, en febrero de 2013. Pero, además, casi dos tercios de los que aún dan preferencia al sector en sus carteras dicen estar listos para un drástico recorte hasta infraponderar.

El temido tijeretazo que avivaría el ritmo de las caídas en la bolsa se produciría tan pronto como se materializasen nuevas medidas antimonopolio, para el endurecimiento de la privacidad o de cambio en los regímenes tributarios vigentes para las gigantes de Silicon Valley. Un horizonte más probable que ficticio, pues el Congreso de EEUU ya está trabajando en iniciativas en todas estas direcciones. Unas medidas que se parecen mucho a las que acompañaron la primavera en la que hasta ahora los gestores habían mostrado más reticencias con un sector que en la última década no se ha apeado del consejo de sobreponderar en la encuesta de referencia del banco neoyorquino.

Por aquel entonces, Bruselas impuso varias multas por barreras a la libre competencia, como la muy sonada de 561 millones de euros a Microsoft por dificultar la instalación de navegadores de Internet distintos al Explorer de la marca fundada por Bill Gates. Un poco antes, la Comisión Federal del Comercio determinó después de dos años de investigación que las prácticas del buscador de Google no vulneraban las leyes estadounidenses de competencia. Ahora, la de Menlo Park está en pleno recurso de la histórica multa de 2.420 millones por favorecer su propia herramienta de compras online.

También en 2013, Apple firmó a finales de enero la peor sesión bursátil de su historia, con un derrumbe superior al 12% que se venía cociendo desde días previos y se alargó unos cuantos más. El fiasco de los números asociados a las ventas de su iPhone 5, el más novedoso por aquel entonces, provocaron el cataclismo y eso que la reducción en los volúmenes de sus encargos de componentes venía poniendo sobre aviso al mercado desde unas cuantas semanas antes.

El descalabro de `la manzana mordida¿ se prolongó entre finales de 2012 y comienzos de 2013 durante seis meses en los que perdió un 40% de su capitalización bursátil. Ahora, en apenas dos semanas, y golpeada por las turbulencias del mercado, sus propios síntomas de debilidad y el escándalo de la red social de Marck Zuckerberg, se ha dejado más de un 7% de su valor en la Bolsa de Nueva York.

LA ABARROTADA APUESTA POR LAS TECNOLÓGICAS

La gran diferencia entre esta primavera y la de hace cinco años es que en este tiempo las tecnológicas se han convertido en parte indispensable de carteras de inversión que por entonces no estaban para nada dirigidas hacia este sector. No es de extrañar, por tanto, que las posiciones largas en Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Alphabet (Google) -las conocidas como FAANG- hayan sido señaladas durante los últimos tres meses como la inversión más concurrida a escala mundial por los cientos de gestores participantes en el sondeo de Bank of America. En el mismo bloque que las gigantes estadounidenses, sus rivales chinas Baidu, Alibaba y Tencent (BAT).

Los indicios de que la corrección que en el último mes volatilizó 200.000 millones de euros en la capitalización bursátil de los grandes nombres del sector van más allá. Aún en medio de las amables previsiones macroeconómicas que apuntan a unos resultados corporativos sólidos, un 18% de los inversores institucionales considera que las bolsas ya han tocado techo. El porcentaje se amplía al 40% si el plazo para que comience el mercado bajista se extiende hasta el segundo semestre de este año 2018.

Estas convicciones justifican el hecho de que la liquidez acumulada por las `manos fuertes¿ del mercado de valores haya subido en 40 puntos básicos, hasta el 5% de sus carteras, mientras que la asignación de activos a renta variable ha disminuido a mínimos de 18 meses, con solo un 29% neto de recomendaciones que apunten a sobreponderar acciones. Hace un mes, antes de que se destapara el escándalo de Cambridge Analytica en Facebook, y digerido el fuerte retroceso de las bolsas en febrero, el porcentaje ascendía al 40%.

EL FACTOR TRUMP

Los analistas de Andbank apuntan hacia un elemento más en esta primavera caliente de las tecnológicas: la tan cacareada guerra comercial. EEUU ha adelantado un paquete de medidas que incluye un incremento del 25% a los aranceles de ciertos componentes y productos tecnológicos procedentes de China que suponen el grueso de unos 50.000 millones de dólares en importaciones desde el país asiático.

Con el mismo discurso, Richard Turnill, director mundial de Estrategia de BlackRock, pone en el punto de mira a estos valores tecnológicos que venían siendo las ¿estrellas del mercado alcista posterior a la crisis¿. Aunque el experto es de los que se resisten a dejar de sobreponderar las tecnológicas porque justifica que ¿la solidez de los fundamentales apuntala nuestra preferencia¿, sí reconoce que ¿la reciente debilidad refleja el aumento de los riesgos¿, que clasifica en dos categorías: preocupaciones sobre las tensiones comerciales y el control reglamentario. Las mismas que dominan la escala de miedos de la encuesta de Bank of America.

La fecha que está marcada en el calendario es la del próximo 1 de mayo. Ese día Apple dará a conocer las cuentas del segundo trimestre de su año fiscal en curso. Esta vez, el protagonismo que hace cinco años tenía el iPhone 5, lo tomarán el iPhone 8 y el iPhone X. Las previsiones del mercado son cautas después de que al cierre del último balance se anunció un récord de 77,3 millones de terminales vendidos. De momento, las cuentas de Netflix han supuesto un balón de oxígeno para el conjunto del sector. Y para sus inversores.