Los accionistas de la socimi Hispania acudían este miércoles a la junta para aprobar las cuentas del ejercicio 2017 y respaldar la oferta al fondo Tristan Capital Partners de los 25 edificios de oficinas, por unos 550 millones de euros, y se topaban con una sorpresa morrocotuda.

Otra oferta inesperada, la del fondo Blackstone, que pretende hacerse ya con la cartera de más de 13.000 habitaciones hoteleras que Hispania tiene repartidas en 46 establecimientos.

El conocimiento de la oferta de Blackstone disparaba la cotización de Hispania un 2% y obligaba a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a suspender la actividad bursátil de la socimi, “mientras es difundida una información relevante”, media hora antes de que cerrara la sesión, capitalizando en ese momento la socimi en algo más de 2.000 millones de euros.

De concretarse finalmente la compra del 'portfolio' hotelero de Hispania, Blackstone sumaría un gigante turístico en España, con 60 hoteles y más de 15.000 habitaciones. El fondo estadounidense ya compraba 14 hoteles al Banco Sabadell, el pasado mes de octubre, su filial HI Partners, por 630 millones. Y también se quedaba con los hoteles que tenía el Banco Popular tras comprar, al Banco Santander, por 30.000 millones de euros, la cartera de activos tóxicos del Popular.

Como ya apuntaba EL ESPAÑOL en junio de 2017, el gran beneficiado de esta operación sería el octogenario inversor estadounidense de origen húngaro, George Soros, que adelantaría un par de años el negocio con el que viene soñando desde que en 2014 se hiciera con casi el 17% de Hispania. Con una inversión de apenas 200 millones, se embolsaría cerca de 350 millones de euros.

En la junta celebrada este miércoles, Hispania también aprobaba un dividendo extraordinario de 1,973 euros por acción -un total de 215,4 millones de euros- para ser abonado en cuanto la socimi cierre la venta de sus 25 edificios de oficinas y un terreno, valorados en algo más de 600 millones de euros, y por los que podrían obtenerse entre 850 y 950 millones de euros, a tenor de los precios a los que se han cerrado las últimas operaciones.

Esta desinversión quedó paralizada, en octubre de 2017, tras el referéndum secesionista en Cataluña, al entender los responsables de Hispania que existía una incertidumbre excesiva para sacar adelante este proceso de venta.