“Hemos pasado ser una opción real del sistema financiero”. Así resume el año 2017 Mikel García-Prieto, director general de Triodos, el banco que se ha hecho popular por sus inversiones "éticas y sostenibles". A falta de cerrar los últimos flecos de las cuentas anuales, sí presume de haber logrado superar los 220.000 clientes y contar con más de 2.000 millones de euros en balance, con un crecimiento cercano al 10%. Y eso a pesar de que ha empezado a cobrar comisiones a sus clientes.

Unos números que, a su juicio, suponen “constatar que lo que empezó como una alternativa, es ahora algo consolidado”. Un avance que es debido a que se “ha pasado de una inercia tradicional de fidelidad, a otra de preguntarse qué quieres que sea el banco y qué esperas de él”, relata.

De lo que se trata es de alinear los intereses particulares con los del propio banco y que éste invierta “con criterios alineados con los ideales” de cada persona. Y eso lo demuestra el hecho, explica el director general de Triodos, de que la conciencia de las personas evoluciona. ¿Como ejemplo? El creciente interés por defender el medio ambiente.

Falta transparencia

Un cambio de mentalidad que acaba de comenzar, pero que debe ser todavía más elevado. De lo que se trata es de que haya cada vez más transparencia en torno a la banca. “Se ha conseguido a nivel regulatorio y legislativo, pero no así con el uso que se le da al dinero”. Y eso que, poco a poco, las entidades tradicionales han ido dando pasos, aunque “sólo en una pequeña parte que no se corresponde con el total de la inversión del sistema financiero”.

La transformación social que afecta a la banca conlleva una modificación radical del actual modelo de negocio de los bancos. Para García-Prieto “la banca debe conseguir que el dinero del ahorrador esté al servicio de quien necesita financiación”. Y para eso reclama que el cliente también modifique su pensamiento a la hora de ahorrar, ya que hay “nuevas formas de financiar” proyectos empresariales.

“La sociedad debe gestionar su dinero acorde a las necesidades sociales. El planteamiento debería ser el de ahorrar una parte de dinero; asumir un cierto riesgo e invertir una determinada cantidad; y donar otra para atender las necesidades sociales”, sentencia el director general de Triodos.

Mikel García-Prieto, director general de Triodos Bank. Jorge Barreno

Todo un cambio de mentalidad que debería permitir esas nuevas fórmulas de financiación para que el capital llegue allí donde el crédito no está presente. Sin olvidar, claro está, que “las regulaciones hacen que los créditos sean cada vez más caros y se concedan, sólo, en situaciones donde existe una cierta seguridad para el banco”.

Toda una apuesta por garantizar el acceso de esos nuevos proyectos al crowdfounding y el crowdequity. En definitiva, García-Prieto cree que lo que hay que hacer es “poner al dinero un servicio social”, que será uno de los puntos clave de la banca del futuro, con independencia de que trabaje con euros, bitcoins u otra moneda física o electrónica, porque “el dinero será dinero, lo que habrá será una mayor conciencia de lo que significa”.

Uno de los puntos fuertes de Triodos Bank es que desde su nacimiento fue una banca sin comisiones. Sin embargo, el entorno de bajos tipos en el que se mueve la banca, ha obligado a ajustar los costes y comenzar a cobrar comisiones a sus clientes. “Hemos hecho ajustes, hemos intentado explicarlo de la mejor manera posible. Lo que aportamos no cambia, pero sí el coste”.

Las comisiones

Desde Triodos defienden la necesidad de que exista “un reparto equitativo de la riqueza en cualquier situación económica. Por tanto, pagar una comisión por un servicio me parece bien si eso implica que el accionista cobra algo razonable y el empleado tiene un salario digno”, relata. Lo dice justo antes de explicar que el ratio entre el salario mayor y el menor que hay en Triodos está entre 1 y 10. “Los costes están ajustados al servicio e incorporamos nuestros valores. Plantearse aquí una comisión no tiene nada que ver con hacerlo en otro banco”, afirma orgulloso.

Además, a juicio de García-Prieto, el exceso de liquidez y tipos bajos no está llegando a la sociedad. “No hemos conseguido compatibilizar la economía real con la estabilidad financiera”, y eso es algo que debe preocuparnos a todos.

Mikel García-Prieto, director general de Triodos Bank. Jorge Barreno

García-Prieto reconoce que las circunstancias que rodean a la banca les está afectando. También la caída del Banco Popular. Aunque no explica si ha habido trasvase o no de clientes a sus oficinas, sí cree que en todo lo ocurrido “no ha habido la suficiente transparencia como para que se entendiera”. Una situación que ha hecho volver a una reincidencia de que las cosas no están claras en el sistema financiero.

Fotovoltaica

Aproximadamente un 30% de la cartera de inversiones de Triodos Bank en España está en las energías renovables, y más en concreto en la fotovoltaica. Una apuesta en la que están desde el principio “porque no es una inversión a corto plazo, es más bien algo industrial”.

Cuando en 2012 comenzaron los recortes del Gobierno Rajoy al sector, se hablaba de que estábamos ante el banco tóxico de las renovables. “Hoy los principales fondos de inversión y fondos de pensiones quieren invertir en este tipo de proyectos”; y es que se busca una rentabilidad de entre el 3% y el 7%, en función de los riesgos.

Ese “desafortunado” parón del año 2012 hizo que buena parte de la industria renovable instalada en España se marchara, especialmente en eólica y fotovoltática. Algo que no podrá recuperarse. Sin embargo, el director general de Triodos está convencido de que “hay tanta innovación y tanto desarrollo por hacer que España podría retomar el papel de liderazgo de la innovación que tuvo en 2012”.

Una confianza basada, sobre todo, en que este tipo de energías están “cada vez más cerca de la rentabilidad”. Y como muestra, explica, el hecho de que las principales compañías eléctricas ya estén invirtiendo en ellas.

Le preguntamos también sobre la propuesta de Pedro Sánchez de financiar con impuestos a la banca el déficit de las pensiones. “La banca tiene que pagar sus impuestos. Pero hay que aclarar si queremos recuperar el dinero del rescate o si queremos garantizar las pensiones. No tiene sentido compensar una cosa con la otra”.