Juan Carlos Martinez Miguel Ángel Uriondo

Casi dos años después de que, en abril de 2016, se produjera la reestructuración de Codere y la entrada de los fondos oportunistas, una facción de estos inversores, liderada por el fondo Silver Point, que ostenta el 21%, ha dado un golpe de mano por sorpresa y ha conseguido los apoyos necesarios para descabalgar de la presidencia a José Antonio Martínez Sampedro en el consejo que se celebrará este viernes 12 de enero.

Martínez Sampedro y su hermano Luis Javier controlan el 19,37% de la compañía a través de la patrimonial del primero, Masampe, y de las sociedades Recreativos y M Global Solutions. Codere, una compañía que nació en 1980 con 50 máquinas tragaperras, ha pasado a capitalizar en bolsa por 1.045 millones y tiene buenas perspectivas. El grupo, de hecho, se encontraba en un estado de cierta placidez, después de una dura reestructuración que se cerró en 2016 y supuso miles de despidos. Sin embargo, la calma chicha se convirtió en tormenta cuando el consejo se declaró en rebeldía.

En ese órgano de gobierno de la multinacional española del juego se sientan los responsables de Silver Point Finance, Contrarian y Abrams Capital, el grupo de la 'resistencia'.

La composición de este consejo es clave para entender la situación. Los Martínez Sampedro cuentan con tres asientos en el consejo y la capacidad de conominar a un cuarto de acuerdo con los pequeños accionistas. Silver Point, con un 21,6%, es el primer accionista de la compañía y cuenta con dos asientos. El grupo que forman Silver Point, Contrarian (9,9%) y Abrams (8,7%), siempre de la mano, tiene además otro consejero, el asturiano Manuel Martínez Fidalgo. A esos se le suman dos supuestos consejeros independientes pero que juegan en el equipo de los fondos -Norman Sorensen-Valdez, CEO de la gestora de fondos Principal, y Matt Turner, vicepresidente de Guardian Capital-. Por último, tenemos al consejero conominado por los Martínez Sampedro, el millonario exembajador de EEUU en España Joseph Zappala. Nueve en total.

En la reunión del viernes se producirá el cese como presidente ejecutivo de Martínez Sampedro por seis votos a favor y tres en contra

¿La aritmética? Simple. Los tres fondos unidos suman tres, y se han granjeado no sólo el apoyo de los dos independientes, sino también el del consejero que contribuyeron a elegir los Martínez Sampedro. 

Los motivos del 'putsch'

El motivo principal del cambio está relacionado, como es habitual, con diferencias de opinión sobre la gestión de la compañía. Pero lo que hace diferente a este caso a otros es que, hasta ahora, la sintonía en los consejos era absoluta. Martínez Sampedro ha sido como un hombre al que, de un día para otro, le piden el divorcio por sorpresa cuando él consideraba que tenía un matrimonio sólido.

Mientras Martínez Sampedro considera que no hay margen para nuevos recortes y que la compañía tiene que aprovechar su buen momento actual para realizar inversiones de cara a la transformación digital del mundo del juego, los fondos 'rebeldes' tienen una visión de corto plazo y están enfocados únicamente a seguir apretando y recortando costes.

¿A qué las prisas? Las malas lenguas consideran que podría estar todo relacionado con la posibilidad de que Codere, junto a Cirsa, que está evaluando opciones, formen parte de una gran operación para crear un coloso del juego. Una operación que tendría sentido estratégico pero un grave problema: la incompatibilidad de Martínez Sampedro y del director general de Cirsa, Joaquim Agut.

Las opciones

Aunque es muy improbable que Martínez Sampedro no abandone la posición ejecutiva en el grupo el próximo viernes, es igualmente difícil que no vaya a presentar batalla.

¿La primera parte de la 'reconquista'? Una Junta Extraordinaria de Accionistas que se convocará en poco tiempo y en cuyo orden del día habrá varios movimientos que podrían suponer un cambio de rumbo.

El primero de estos cambios será, obviamente, la destitución del 'traidor' Zappala, para la que los Martínez Sampedro están habilitados al haberlo conominado. 

A continuación, un intento de cambiar a los consejeros independientes. Todo esto implicará un elaborado proceso de cabildeo por todas las partes y ayudará a definir quién cuenta, de verdad, con más apoyos. ¿Es la situación en el consejo transitoria o un reflejo de la voluntad de los accionistas? ¿Quieren volver a los despidos masivos y a la estrategia a corto plazo de los fondos o buscar una estrategia de crecimiento en un grupo bastante saneado? No se sabrá hasta la Junta en la que Codere, uno de los grandes grupos del juego, paradójicamente, se la juega. 

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