La paciencia se ha terminado con el Hipódromo de la Zarzuela. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y Loterías, sus accionistas, acaban de salir al rescate de la sociedad. En la última junta, celebrada la pasada semana, inyectaron 5.746.990 euros que servirán para reequilibrar las cuentas y dejar atrás la delicada situación en la que se encontraba tras el cierre del ejercicio 2016.

Unos números que presentaban algo más de ocho millones de pérdidas y un fondo de maniobra negativo de 30 millones de euros. Cifras a las que hay que sumar los números rojos de años anteriores que, sólo en 2015, fueron de 5,73 millones de euros y que acumulan ya más de 24 millones desde 2012. Algo que llevó al propio auditor de las cuentas del año pasado a asegurar que “la viabilidad financiera y patrimonial de la sociedad dependerá del apoyo de sus accionistas”.

Respaldo que nunca ha faltado -el año pasado, por ejemplo, se aportaron cerca de 10 millones de euros y se hizo una reducción de capital- pero que este año conlleva la obligación de cerrar un nuevo plan -en el que ya se está trabajando- para que el Hipódromo de la Zarzuela diga adiós a las pérdidas. Según ha podido conocer EL ESPAÑOL se trata de un programa que busca recuperar la rentabilidad en el medio - largo plazo. Es decir, como pronto en unos 3 años. “Se trata de ser realistas”, explican fuentes cercanas a la sociedad.

Así es el plan

El equipo de Faina Zurita, la presidenta, se encuentra trabajando ya en cerrar el documento, que contempla distintas líneas de actuación. La primera es la de aumentar el dinero que se recauda por las apuestas hípicas. En 2016 -últimos datos disponibles- se lograron 3,5 millones de euros, muy alejados de los más de ocho millones que se recaudaron en 2008.

Así que se trabaja ya en la puesta en marcha de una nueva apuesta hípica externa, en colaboración con Loterías, pero también en ofrecer la posibilidad de que las apuestas puedan hacerse a través del teléfono móvil. Es decir, que no sea necesario estar en el Hipódromo para apostar a una de las carreras que se celebren en él.

Además, se requerirá un mayor compromiso a los patrocinadores. Así que ya se ha preparado una nueva planificación que permita ingresar una mayor cantidad de dinero a través de esta vía.

Un centro de ocio 

El tercer punto afecta directamente a la gastronomía. Se están preparando ya nuevas licitaciones para mejorar la oferta de cara a las próximas temporadas. Existe la creencia, que ya se lleva aplicando varios años, de que el Hipódromo no debe ser sólo un centro para ver las carreras. Se busca también convertirlo en un espacio de ocio en el que pasar la jornada, lo que incrementaría la posibilidad de obtener mayores ingresos por esta vía.

Líneas estratégicas de un plan con el que revertir unos números rojos que acumulan ya nueve ejercicios en negativo, si sumamos el 2017 que cerrará también en pérdidas según las previsiones del Ministerio de Hacienda en los últimos Presupuestos Generales del Estado.

La historia del Hipódromo de la Zarzuela es la de un recinto cuyo auge estuvo en la década de los 80 y principios de los 90 del siglo pasado, pero que tuvo que cerrar sus puertas en 1996 con Enrique Sarasola como propietario tras ganar el concurso de explotación. Así permaneció hasta que en 2005 se decide su reapertura de la mano de la SEPI y Loterías y Apuestas del Estado, a quienes Patrimonio Nacional les adjudicó la concesión para su explotación.

Problemas con el regulador

Desde entonces los momentos más complicados llegaron en 2015 cuando un enfrentamiento con la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar de España estuvo a punto de llevarse por delante al Hipódromo y a buena parte del sector de la hípica española. Discrepancias sobre quién debía ejercer las funciones de regulador de las carreras provocaron un año de parón, que arrasó las cuentas del Hipódromo de la Zarzuela, pero también provocó la huida de buena parte de las cuadras que se alojan en él.

Al cierre de 2016 había en el recinto 350 caballos, una actividad que permite dar empleo a cerca de 2.500 personas de forma directa e indirecta, sin contar con la restauración. Esos 350 ejemplares están lejos todavía de los 663 que se encontraban en sus cuadras en el año 2008.

Queda mucho trabajo por hacer pero parece que existe confianza en las nuevas medidas que se van a adoptar, y en el fruto que pueden dar para el futuro del Hipódromo de la Zarzuela. Uno de los recintos más importantes del Turf español.