El presidente de Técnicas Reunidas, José Lladó, ha modificado el entramado societario a través del que controla el grupo de ingeniería especializado en la construcción de plataformas petrolíferas y gasistas.

Lo hace en plena crisis bursátil, con unas minusvalías en lo que va de año superiores al 32% (de 37,47 a 25,54 euros), y a un mes vista de percibir -si no hay decisión en contra de última hora- el primer dividendo a cuenta del ejercicio 2017, por el que, por los 20,7 millones de acciones de la empresa que preside, le correspondería ingresar algo más de 14 millones de euros brutos si se mantienen los 0,677 euros por acción de retribución.

Así, el pasado 23 de octubre, según consta en el Registro Mercantil de Madrid, constituía la empresa Araltec Corporación. Una nueva sociedad holding, complementaria a la anterior -la sociedad limitada Araltec-, a la que ha traspasado el grueso de las acciones -17,88 millones de títulos, equivalentes el 31,99%- a través de las que controla Técnicas Reunidas.

Lladó acredita el resto de la participación en Técnicas Reunidas -otros 2,15 millones de acciones- a través del 75,75% de Aragonesas de Promoción de Obras y Construcciones, empresa que ostenta el 5,096% de la empresa de ingeniería.

En la nueva sociedad, que tiene como socio único a Araltec, el octogenario José Lladó figura como como administrador único, y su esposa, Pilar Arburúa, como administradora suplente. Inicialmente, Araltec Corporación se creó con el mínimo capital social de 3.000 euros pero, un mes después, se aumentaba hasta los 50.000 euros.

Desdoble de intereses

Lo que hace Lladó con el movimiento societario es desdoblar sus intereses. Mantiene en Araltec los negocios inmobiliarios y traspasa a la nueva sociedad -Araltec Corporación- los 17,88 millones de acciones de Técnicas Reunidas que, desde marzo de 2006, estaban bajo titularidad de Araltec.

Desde el punto de vista contable, la descapitalización que le supone a Araltec el traspaso de estos casi 18 millones de acciones a la nueva sociedad Araltec Corporación no resulta baladí.

Araltec tenía beneficios por los dividendos de Técnicas Reunidas 

En 2016, los 35,18 millones de euros de beneficios obtenidos por Araltec -aplicados en su totalidad a dotar reservas voluntarias- procedieron, casi en su totalidad, de los ingresos financieros propiciados por los dividendos cobrados de Técnicas Reunidas.

Al margen de los 35,4 millones de euros que llegaron de la retribución de la empresa de ingeniería, Araltec apenas acreditaba 2,61 millones de euros como importe neto de la cifra de negocios, procedente de las rentas de los edificios de oficinas y viviendas de su propiedad.

Conexión directa con las inversiones inmobiliarias

Hasta ahora, en la última década -desde que en junio de Técnicas Reunidas saliera a bolsa-, Lladó había distribuido el control de la ingeniería cotizada entre el casi 5,1% de la sociedad Aragonesas Promoción de Obras y Construcciones, y el 31,99% que acreditaba a a través de Araltec, cuyos aproximadamente 35 millones de euro anuales de dividendo servían para acometer la inversiones inmobiliarias realizadas a través de Aracorp Participaciones, Arafin o Castellana 60 Propiedad. Cinco edificios de oficinas y siete bloques de viviendas en Madrid, además de apartamentos en la urbanización de Sotogrande, en Cádiz.

De este patrimonio inmobiliario, Lladó tiene bajo el paraguas de Araltec los inmuebles situados en Madrid, en el paseo de Recoletos 33 y en la calle Pinar 7. Por el primero, el presidente de Técnicas Reunidas pagaba, en noviembre de 2010, casi 29 millones de euros a la gestora de fondos IVG, mientras que por el de la calle Pinar desembolsaba una cantidad similar en mayo de 2012.

10% de minusvalías inmobiliarias en 2016

Al cierre del ejercicio 2016, el valor de ambos edificios quedaba contabilizado en las cuentas de Araltec por un importe de 48,24 millones de euros, en concepto de inversiones inmobiliarias, con unas minusvalías del 10% respecto al año anterior.

La alteración societaria acometida por José Lladó se producía dos semanas antes de que, el 10 de noviembre, se hicieran públicos los pésimos resultados cosechados por Técnicas Reunidas al cierre del tercer trimestre de 2017, con una caída el beneficio del 45%, a menos de 56 millones de euros.

Y, lo que es peor, el reconocimiento de que los objetivos, tanto de ventas como de ebit, serían inferiores a los previstos tanto en 2017 como en 2018, debido a la menor actividad derivada del retraso en el inicio de los proyectos de petróleo y gas y los sobrecostes en obras en las últimas fases de construcción.