Fuentes conocedoras del proceso explican que la reunión de mañana, Santander ofrecerá a los sindicatos el mismo acuerdo alcanzado en su anterior ERE de 2016. En aquel proceso de ajuste, Santander ofreció 40 días por año trabajado en las bajas incentivadas, por encima del mínimo legal establecido en siete días, y un máximo de 24 mensualidades.

Además, la entidad presidida por Ana Botín ofreció incluir una prima para los trabajadores con más de 25 años de antigüedad de 30.000 euros, y otra de 4.000 euros para los que hubiesen estado trabajando menos de 5 años, con lo que la entidad favoreció las salidas del personal de mayor edad. En el caso de las prejubilaciones, finalmente se pactaron en 55 años (desde los 58 establecidos inicialmente en las negociaciones), con un 65% del salario bruto (cifra que ascendía al 80% para los mayores de 58 años).

Bajo esta premisa, desde los sindicatos denuncian que ¿con el número de afectados que han puesto sobre la mesa y echando cuenta en la plantilla, muy pocos podrán acogerse a los beneficios de estas prejubilaciones¿. Tal y como explican, muchos de los empleados del Popular (y también del Santander) mayores de 55 años ya se acogieron a las prejubilaciones y bajas incentivadas que ambas entidades llevaron a cabo en sus respectivos procesos de ERE. Y así, calculan que solo 455 empleados del total de afectados cumplen con las condiciones para acceder a estas jubilaciones anticipadas.

Echando mano de la calculadora, los datos reflejan la realidad. Las fuentes consultadas confirman que los empleados mayores de 55 años en los Servicios Centrales de Santander (entre Boadilla, Marpe y Mesena) ascienden a unos 300. En el caso del Popular, y tras el ERE del pasado año, apenas suponen 80 empleados. Y si a esa cifra se suman los 75 empleados que, de momento y a la espera de las negociaciones, se queden fuera del plan de recolocaciones propuesto (la diferencia entre los 650 que forman parte de las áreas de informática, menos los 575 que Santander se ha comprometido a recolocar), suman un total de 455 trabajadores mayores de 55 años que se podrían acoger a esa oferta del banco cántabro.

Es decir, la situación de un total de 1.130 empleados quedaría en el aire y a la espera de negociación. Cifra que bajaría si se suman los 575 recolocados que, según indican desde los sindicatos, también tienen derecho a acogerse a las bajas voluntarias y prejubilaciones.

Con este escenario, desde CCOO confirman que mañana solo darán dos opciones al banco Santander: o que se reduzca el número de afectados, o que se amplíe el número de recolocaciones hacia la Red Comercial del Grupo. Un área en el que el ajuste se retrasará hasta 2019, una vez completada la integración tecnológica entre ambas entidades. ¿Pediremos que se traslade a un mayor número de empleados de Servicios Centrales a la red comercial, y cuando llegue 2019, volveremos a negociar¿, indican desde CCOO.

 

 

- UGT PLANTEARÁ MAÑANA REDUCIR UN 35% EL NÚMERO DE SALIDAS EN BANCO SANTANDER