Se había especulado por activa o por pasiva sobre si la decisión de las grandes empresas de trasladar su sede fuera de Cataluña sería temporal o definitiva, y la respuesta parece meridianamente clara.

Al menos, en el caso de CaixaBank. Gonzalo Gortázar, su consejero delegado, lo dejaba claro de manera rotunda este martes, en la presentación de resultados al cierre del tercer trimestre. “El consejo ha dejado bien claro que no se trata de una decisión temporal y que, por tanto, no habrá marcha atrás”, decía. Tras 113 años de historia ligada a Barcelona, la entidad ya no volverá a tener su sede en la Ciudad Condal.

Y la ganadora es la Comunidad Valenciana, que verá reverdecer su esplendor financiero y se convertirá en el epicentro de la banca española. Valencia, concretamente, pasará a ser una auténtica 'City', con dos de las entidades más importantes por detrás de Santander y BBVA. Cataluña, en el mejor de los casos, podría recuperar la sede del Sabadell, que se ha mudado a Alicante.

Madrid, en esto, es el patito feo. La única sede social en la capital es la de Bankínter. Santander la tiene en la capital cántabra, mientras que BBVA la mantiene en Bilbao.

Esto, desde luego, favorecerá al ecosistema financiero local. La start-up especializada en criptomonedas Bitnovo, con sede en Valencia, reconocía recientemente, en declaraciones a EL ESPAÑOL, las ventajas para la ciudad de volver a tener cerca a las grandes entidades. Una suerte de retorno a los momentos dorados en los que en la Comunidad Valenciana presumían de contar con el Banco de Valencia, la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y, especialmente, Bancaja.

Evitar futuros desafíos soberanistas 

Pase lo que pase con el culebrón independentista, fuentes del banco presidido por Jordi Gual y controlado por Isidro Fainé, presidente de Criteria Caixa -principal accionista del banco con el 40%-, comentan a El ESPAÑOL que “no nos podemos arriesgar a que dentro de unos años pueda de nuevo plantearse una situación de incertidumbre política similar a la actual. Por eso, no hay marcha atrás en esta decisión”, apuntan.

De cara a tender puentes con la sociedad valenciana -región en la que CaixaBank cuenta con más de 2.000 empleados y un millón de clientes-, Gortázar pedía “un voto de confianza en la Comunidad Valenciana para estar más cerca de nuestros clientes en esta región”.

No se mueve el personal de Cataluña

No obstante, también quiso dejar claro Gortázar que el cambio de sede no va a suponer un cambio radical de la estructura organizativa de la sociedad. “No vamos a acometer ninguna cambio operativo relevante ni vamos a trasladar a nadie”, certificando así que el personal que opera en las oficinas de Barcelona y del resto de Cataluña seguirán funcionando como hasta ahora.

“Los únicos cambios perceptibles serán las reuniones del consejo y de la junta de accionistas”, explicaba el consejero delegado de CaixaBank. En este sentido, este lunes ya se celebraba en Valencia la primera reunión del consejo de la entidad.

650 millones de beneficio trimestral

Aunque el traslado de sede y la situación política catalana centraba buena parte de las cuestiones planteadas a Gonzalo Gortázar en el encuentro con los medios para analizar los resultados de CaixaBank, el consejero delegado no quiso pasar la oportunidad de recordar, en varias ocasiones, que los 650 millones de euros de ganancia obtenida entre julio y septiembre ha supuesto “el mejor resultado trimestral de la historia del banco”. Un 48,7% más que en el trimestre anterior.

A partir de aquí, la entidad confía en que, al cierre del ejercicio, se mantenga esta dinámica positiva, a pesar de las fugas de depósitos producidos en los primeros días de octubre tras el referéndum ilegal del 1-O.

El boicot de la CUP, insignificante

“Las hemos parado y revertido y habrá que ver el impacto en el último trimestre del año”, adelantaba Gortázar, sin entrar en más detalles cuantitativos. Sobre el boicot planteado desde la CUP el pasado viernes, para retirar depósitos de los bancos catalanes que han cambiado de sede, fuentes del banco las calificaban de “insignificantes”, para una entidad que cuenta en España con 315.000 millones de euros de clientes.

Los 1.488 millones de beneficios obtenidos por CaixaBank en los nueve primeros meses de 2017 representan ya un 42% más que el beneficio obtenido al cierre 2016, cuando los resultados se vieron afectados por un último trimestre en el que solo se pudieron alcanzar beneficio por 77 millones de euros, debido a los impactos en saneamientos e impuestos, con más de 900 millones de impacto negativo, entre ellos 110 millones de provisión para cumplir con la sentencia sobre cláusulas suelo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).

210 millones devueltos por cláusulas suelo

Un asunto, el de las cláusulas suelo, que la entidad asegura tener bajo control. Tras apuntar que el grueso de esta afección “procede, en su mayor parte de procesos de integración, sobre todo de Banca Cívica”, Gortázar hizo balance de la gestión que se está llevando a cabo desde la  puesta en marcha, en febrero de este año, del decreto del Gobierno para canalizar las devoluciones que fueran pertinentes.

“Estamos satisfechos. Hemos recibido 94.000 solicitudes. El 48,5% de esas cláusulas responden a la legalidad y no cabe devolución alguna, y hemos dado el visto bueno al 51,5% restante. Hasta ahora hemos pagado 210 millones de euros, equivalente al 90% de las solicitudes pedidas a devolver, y estamos gestionando el 10% restante”, resumía Gortázar.

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