Por Jose Elías Rodríguez y Andrés González

Siemens tiene una participación de control del 59 por ciento en la sociedad española, pero Iberdrola, con un 8 por ciento del capital, tiene voz sobre una variedad de aspectos de gobierno corporativo merced a un pacto de accionistas que firmó con Siemens en el marco de la fusión eólica en junio del año pasado.

Iberdrola pidió cambios en un consejo celebrado el viernes, dijeron a Reuters varias personas con conocimiento de la situación, alarmada por el segundo profit warning de Siemens Gamesa anunciado hace una semana.

Siemens Gamesa, que compite con la danesa Vestas por el liderazgo mundial en el sector de aerogeneradores, anunció una remodelación directiva poco después del consejo.

El más llamativo de los relevos es del director financiero, Andrew Hall, ligado al grupo alemán, que será sustituido después de seis meses en el cargo por Miguel Ángel López, quien ya ha desempeñado ese cargo en otras divisiones de Siemens.

También anunció la sustitución del actual consejero delegado del pujante negocio de eólica marina, Michael Hannibal, por Andreas Nauen.

Por otra parte, nombró nuevo secretario general al alemán Jürgen Bartl, que sustituirá al español José Antonio Cortajarena, uno de los directivos históricos de Gamesa.

Ninguna de las tres compañías quiso hacer comentarios sobre los cambios en Siemens Gamesa, que además retrasó la presentación de su plan estratégico, prevista en principio para noviembre, a febrero del año que viene.

CHOQUE DE CULTURAS

El choque de trenes en el accionariado de Siemens Gamesa pone de relieve los problemas que pueden surgir cuando antiguos rivales transfronterizos con diferentes culturas empresariales se fusionan y establecen nuevas cadenas de mando.

"La relación con Iberdrola ha sido difícil desde el primer día", dijo una de las fuentes.

"Siemens Gamesa se ha convertido en un elefante alemán". dijo otra fuente. "Cada decisión de importancia debe ser primero aprobada por los alemanes. Ha perdido la agilidad que tenía Gamesa".

Desde que la fusión entró en vigor a principios de abril de este año, las acciones de Gamesa Siemens se han derrumbado un 44 por ciento tras advertir reiteradamente al mercado sobre sus márgenes de beneficio. El viernes, los títulos cayeron un 4,3 por ciento hasta el fondo del Ibex-35 y del europeo STOXX 600.

La mayor competencia en el negocio de turbinas eólicas y las menores subvenciones públicas están erosionando la rentabilidad de las compañías, aunque en el mismo lapso de tiempo Vestas sólo ha bajado un 4,9 por ciento en bolsa.

Un factor que explica este dispar comportamiento en bolsa es la exposición de Siemens Gamesa al mercado eólico en India, en plena transición desde un modelo subvencionado a otro de subastas de potencia, que está presionando los precios a la baja y haciendo más intensa la competencia.

"El cambio del mercado indio a un sistema de subastas ha provocado una ralentización significativa de las instalaciones en 2017 ... afectando en parte a los beneficios de Siemens Gamesa en (el ejercicio fiscal) 2017", dijo Goldman Sachs en una reciente nota para clientes.

Entretanto, Siemens ha anunciado otra sociedad conjunta recientemente con la francesa Alstom para crear un campeón europeo en el sector ferroviario.