Así lo ha señalado quien estuviera al frente de la CECA hasta marzo de 2010 durante su intervención en la comisión del Congreso que investiga la crisis financiera, la quiebra de las cajas y el rescate bancario, en la que ha comparecido después del presidente de la Asociación de Inspectores del Banco de España, Pedro Luis Sánchez Ruiz.

En relación con las comunidades autónomas, Quintás las ha acusado de ser "importantes impulsoras" de las malas prácticas de las cajas y ha apuntado que "hubo gobiernos autonómicos que no dudaron en recurrir a la propia regulación autonómica de las cajas solo para garantizar su control frente a un grupo rival".

"El control indirecto por los partidos políticos respecto de los órganos de gobierno de determinadas cajas permitió que se tomaran públicamente acuerdos en instancias ajenas a las cajas respecto de asuntos de gran trascendencia que realmente correspondían a los órganos de gobierno", ha dicho.

Asimismo, ha acusado a las comunidades autónomas de "bloquear" las fusiones "extrarregionales", aunque fueran "razonables", por su "profunda aversión al riesgo de perder su influencia sobre la caja en favor de otra comunidad". Para Quintás, los Sistemas Institucional de Protección (SIP) fueron "insuficientes" para atajar los problemas del sector, especialmente el de solvencia.

En cuanto al Gobierno, le achaca una "incapacidad" para "elaborar a tiempo un diagnóstico correcto, tanto de la expansión económica inicial como de la extraordinaria recesión que siguió". "Como sector tenemos amplio campo de multa, pero no tanto como el que hace las leyes", ha añadido.

"No era la naturaleza jurídica de las cajas, sino comportamientos de gestores que, en ausencia de sanciones ejemplarizadoras que los reprimiesen, se extendieron peligrosamente por el sector al cobijo de la fuerte expansión económica", ha apuntado.

FALTA DE "BUENA REGULACIÓN"

Quintás ha señalado que "ciertamente, una buena regulación y supervisión hubiera dificultado y limitado drásticamente los daños causados por la mala gestión de los administradores e impedido la devastadora evolución en progresión geométrica que resultó en los procesos acelerados de deterioro de la solvencia".

El expresidente de la CECA ha valorado que "el control parlamentario del Banco de España era débil" y que en España la transparencia de los supervisores financieros presenta opacidades en aspectos relevantes.

Asimismo, el expresidente de la CECA ha acusado a las empresas auditoras de colaborar en la creación de esta crisis, aunque "su importancia es menor", así como a la banca comercial.

Para Quintás, la "causa remota" de la crisis de las cajas fue la "inoculación de la politización" de las mismas mediante la Ley Orgánica de Órganos Rectores de Cajas de Ahorro (LORCA), al tiempo que la crisis económica global fue el "detonante y catalizador", mientras que la "causa próxima" fueron las malas prácticas de gobierno corporativo de las cajas.

El expresidente de la CECA ha señalado durante su intervención que el coste de esta crisis con cargo a los recursos públicos "será enorme, superior sin duda a los 60.000 millones de euros", a lo que se suman las "cuantiosas pérdidas privadas soportadas directamente por los pequeños y grandes inversores", así como por los clientes y los empleados.

EL ACTUAL ES UN SISTEMA FINANCIERO "PEOR"

Para Quintás, el sistema financiero derivado de la crisis es "peor" que el que había antes, algo que achaca a la "concentración bancaria", la "homogeneización institucional" y la desaparición de las cajas, "un vector social de gran importancia".

En su opinión, la concentración del sector "ha aumentado notablemente", "oligopolizando al sector", pues permanecen actualmente un tercio de los competidores que había hace nueve años. No obstante, ha apuntado que "los efectos sobre la competencia no son aún excesivamente importantes".

Según ha explicado, la desaparición de un sector "que representaba nada menos que a la mitad del antiguo sistema bancario", ha supuesto la extinción de "un vector social de gran importancia" en el sistema, dado que las cajas colaboraban en "evitar la exclusión financiera" y ofrecían una "potente" obra social.

Además, ha indicado que la "obligada disminución progresiva" de la presencia de las fundaciones bancarias en el accionariado de las antiguas cajas puede ser un "riesgo" que "debilite la atención prestada a la inclusión financiera en los aspectos con mayor impacto negativo sobre la cuenta de resultados".

Dentro del sistema bancario español actual, Quintás ha diferenciado entre el 'sector CECA' (las antiguas cajas) y el 'sector AEB' (la banca) y considera que, aunque el primero ha perdido importancia respecto al segundo, a largo plazo no es descartable que la cuota del 'sector CECA' mejore, dado que las antiguas cajas cuentan con "los mejores recursos".