Bruselas

Este jueves vence el ultimátum que ha dado Bruselas a Google para que ponga fin a sus abusos monopolísticos en el mercado de comparadores de precios, que de momento le han costado una megamulta de 2.420 millones de euros. Por primera vez, el gigante informático introducirá modificaciones en su página de resultados de búsquedas obligado por la todopoderosa comisaria de Competencia Margrethe VestagerPero se trata de cambios minimalistas que pasarán desapercibidos para la mayoría de los usuarios y que los rivales de Google consideran insuficientes.

Las instrucciones de la Comisión Europea a Google eran muy claras, al menos en teoría: poner fin a su comportamiento ilegal y "cumplir el sencillo principio de igualdad de trato". Es decir, ofrecer a los servicios de comparación de precios rivales las mismas oportunidades que al suyo propio, Google Shopping, a la hora de aparecer en las páginas de resultados de una búsqueda por internet. El plazo de 90 días concluye este 28 de septiembre. Si las concesiones de Google no le convencen, Vestager le impondrá nuevas sanciones de hasta el 5% del volumen de negocios diario a nivel mundial de su matriz, Alphabet.

Google shopping

La solución que pone en marcha Google desde este jueves se basa en un sistema de subasta. Los comparadores de precios rivales podrán pujar por un espacio en la caja que aparece al principio de la página de resultados de las búsquedas relacionadas con compras. Google Shopping, que hasta ahora monopolizaba todo este espacio, competirá en la subasta supuestamente en igualdad de condiciones. Para ello, operará como una entidad independiente de Google y tendrá que presentar sus propias cuentas que demuestren que es rentable y no paga de más.

"Estamos dando a los servicios de comparación de precios las mismas oportunidades de mostrar anuncios en las páginas de resultados de Google que las que damos a Google Shopping", ha dicho el portavoz de la compañía, Al Verney. En la página de resultados, los cambios son apenas perceptibles: al final de cada recuadro aparece mencionado al final el comparador de precios (by Kelkoo, by Google, by Twenga), justo detrás del nombre del vendedor que ofrece el producto. Las modificaciones sólo afectan a las búsquedas que se realizan en el espacio económico europeo. El gigante informático ha recurrido la decisión de Bruselas ante el Tribunal de Justicia de la UE

Vestager no se moja y los rivales lo ven insuficiente

Google informó a Bruselas de esta solución a finales de agosto, pero la comisaria Vestager no ha querido decir este miércoles si está satisfecha con el resultado. "He aprendido a que mi felicidad no dependa del diseño de una web y voy a seguir así", ha ironizado. "Le corresponde a Google demostrar que está cumpliendo la decisión y nosotros vamos a vigilarlo activamente", avisa.

La Comisión ha contratado a las consultoras KPMG y Mavens para que le ayuden a llevar a cabo las tareas de control. Y el gigante informático está obligado a presentar un informe de evolución cada cuatro meses durante los cinco años que durará la vigilancia. Vestager ha dicho que tendrá muy en cuenta la opinión de los competidores de Googel y de los consumidores.

Y el veredicto inicial de los rivales no es positivo, más bien todo lo contrario. "Estamos muy preocupados porque creemos que esta solución continuará asfixiando el mercado de los comparadores de precios. Queremos algo mucho mejor que esto", explica por teléfono a EL ESPAÑOL el consejero delegado de Kelkoo, Richard Stables. También el servicio de comparación de precios británico Foundem, cuya queja está en el origen del caso contra Google, considera que una solución basada en la subasta de espacios es la peor de las posibles.

Los rivales de Google creen que Google Shopping tiene todas las de ganar en las subastas por su mayor potencia económica y de clientes. Alegan además que incluso si se imponen en la competición y logran colocar su comparador en la caja de la página de resultados de búsqueda, el dinero que tendrán que pagar acabará también en el bolsillo de Google.

El gigante informático se enfrenta a una presión creciente de Bruselas. Además del caso de Google Shopping, Vestager mantiene abiertos otros dos expedientes por abusos monopolísticos: uno por el sistema operativo móvil Android y otro por la plataforma publicitaria AdWords. En los dos casos se esperan nuevas multas multimillonarias antes de fin de año.

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